Hace calor
Cálculo
del índice
de temperatura y humedad en rodeos
bovinos.
Si bien los bovinos presentan una mayor
capacidad de adaptación al frio son más sensibles a temperaturas elevadas.
Mediante diversos estudios se ha demostrado que la radiación solar, la
velocidad del viento, la temperatura del aire y su contenido de vapor de agua
condicionan el estado de confort de los animales.
La combinación de los factores climáticos
determina una temperatura efectiva que, cuando sobrepasa la zona de confort del
animal, provoca situaciones de estrés a los animales que impactan de manera
negativa sobre su producción.
El índice de temperatura y humedad
(ITH) es el indicador más utilizado para monitorear si las condiciones ambientales
resultan estresantes para
los bovinos, permitiendo evaluar el grado de estrés de los animales. En tal sentido “el rango de temperatura
ambiental de confort estimado para vacas de razas británicas va de 15 a 25ºC.”.
Con el objetivo
de calcular los valores de índice de temperatura y humedad (ITH) durante los
meses de máximas temperaturas, un grupo de técnicos la Estación Experimental
Cuenca del Salado del INTA, han realizado estudios para “determinar cuál fue el
grado de riesgo de estrés térmico que sufrieron los bovinos de la región de la
Cuenca del Salado” en el período evaluado. El seguimiento fue realizado a
partir de los datos obtenidos de la estación meteorológica ubicada en la
Colonia Ortiz Basualdo (EEA Cuenca del Salado), localidad de Las Armas, partido
bonaerense de Ayacucho.
Con el estudio los técnicos del INTA
pudieron determinar que “existe evidentemente un estrés calórico que afecta a
los bovinos en la región de la cuenca del Salado”.
Al respecto señalan que si bien “son
numerosos los estudios realizados en producción de leche, muchos aspectos relacionados al impacto productivo
en la ganadería para carne aún quedan por ser analizados”. Por tal motivo los
profesionales indican que resulta “necesario continuar con estudios que
analicen el impacto del “calor” en la ganado para carne de la región de la
Cuenca del Salado”.
Consecuencias
del estrés calórico:
Los técnicos
del INTA señalan que “el estrés calórico afecta negativamente la productividad del
animal, la aptitud reproductiva y la salud”. En vacas de tambo esta situación “genera
una disminución en el consumo de forraje de un 10 a un 20%, una baja en la
producción láctea y como consecuencia un menor peso del ternero al momento del
destete”.
A su vez se ve afectada la fertilidad, “reduciendo las tasas de preñez por
muerte embrionaria, menor peso al nacer y disminución de la viabilidad de los
terneros”.
Algunos estudios relacionan la perdida
de preñez a raíz de disfunciones a nivel del macho.
Estas alteraciones “pueden ser debidas a una disminución del apetito sexual y/o
alteraciones en la calidad espermática”, indican los referentes del INTA. Con
respecto a la calidad espermática destacan que “la severidad de la alteración
va en función de la duración y severidad del estrés, pero a su vez estos
últimos factores son determinantes en el tiempo de recuperación, que se sabe
puede ser de hasta dos meses post-finalización del estímulo estresante”.
En animales en recría que sufren este
tipo de cuadro, se ve afectada la ganancia diaria por un menor consumo de
alimento. Las
dietas más concentradas en energía generan menos fermentación que las dietas en
base a forraje.
Por otro lado, dietas ricas en fibra son menos energéticas y generan un mayor
calor metabólico a raíz del tiempo de fermentación, relación inversamente
proporcional a la calidad de forraje.
Según los profesionales “los animales en
confinamiento son más susceptibles a sufrir estrés calórico a causa del
hacinamiento sumado a la posible falta de acceso a sombra”. Por tal motivo se
sugiere “cambiar los horarios de suministro de alimento en los corrales para
evitar que los picos de fermentación ruminal coincidan con el momento de
temperatura máxima ambiental”.
En cuanto a la sanidad resulta
importante tener en cuenta que “existen micotoxinas capaces de agravar el
estrés térmico por ser capaces de producir hipertermia en el animal”. Tal es el
ejemplo de “la festucosis u otros hongos endófitos y el cornezuelo, que puede
estar presente en diferentes gramíneas durante la época del año con mayor
riesgo de estrés térmico”. Al respecto los técnicos del INTA observan que “en
la cuenca del salado es posible que el impacto negativo en la producción ocurra
principalmente cuando se produce la combinación de ambos factores, el estrés
térmico más la presencia de micotoxinas” (festucosis, ergoalcaloides derivados
del Claviceps purpúrea).
Sugerencias para disminuir el estrés
calórico:
En cuanto al manejo del ganado ante
situaciones climáticas de temperaturas extremas los técnicos del INTA sugieren
prever la “disponibilidad de agua apta para el consumo animal dependiendo del
tipo de producción”, proveer de sombra a los animales y modificar los patrones
de alimentación”, dado que para animales
en encierre a corral “es conveniente dar a la tarde más comida y menos a la
mañana”.
En cuanto al momento de ofrecer las
raciones de alimento proponen “entregar el 70% del total del alimento diario
entre 2 y 3 horas después del pico de temperatura ambiental”, evitando
maniobras de manejo y arreo o la programación de actividades durante los días
de mayor temperatura, realizando en lo posible las tareas sobre el ganado antes
de las 10.00 am.
Para mayor información:
EEA Cuenca del Salado INTA Rauch. Av.
Belgrano 416 Tel. (02297) 440525
Referentes: Med. Vet. Alejandro
Rodríguez | Med. Vet. Sebastian
Maresca. Colaboración: Med. Vet. Joaquin Armendano (MV residente del SDVE de INTA
Balcarce)
E-mail: rodrigue.alejandro@inta.gob.ar