Dúo dinámico
Estudio del glifosato y su
metabolito principal.
En
Argentina, tres cuartas partes de las tierras agrícolas se cultivan con
materiales transgénicos (soja, maíz y algodón) y cerca del 90 por ciento de las
mismas bajo Siembra Directa, cuyo manejo se centra en el uso de glifosato.
El
glifosato es un herbicida de amplio espectro utilizado en la agricultura para
controlar las malezas. Desde su introducción en el año 1974 se convirtió en un
herbicida ampliamente difundido, especialmente bajo sistemas de manejo en
Siembra Directa.
Son
muchos los trabajos académicos que informaron la presencia de glifosato y su
metabolito principal, AMPA, a diferentes profundidades del perfil del suelo,
como también en aguas superficiales cerca de las áreas de aplicación. Sin
embargo, puesto que existen pocos estudios que sigan la evolución de los
niveles de glifosato y su metabolito principal en el suelo durante el ciclo de
cultivo bajo diferentes sistemas de labranza, y la dependencia con las
propiedades físicas, químicas e hidráulicas de los suelos, desde la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA se
ha procurado generar información. En tal sentido, en conjunto con
investigadores de otras instituciones académicas han impulsado un
trabajo a través del cual plantearon que “el estudio conjunto de la dinámica de
glifosato y su metabolito principal, y la variación temporal de las propiedades
físicas, químicas e hidráulicas del suelo, permitiría comprender mejor la influencia
de los sistemas de labranza en su transporte, como también el riesgo de
contaminación”.
Al
respecto los técnicos señalan que “varios factores pueden influir en el destino
de glifosato en el suelo” de los cuales algunos “son propiedades intrínsecas
del herbicida, mientras que otros factores corresponden a propiedades del suelo”.
Observando que “hay poca información en la literatura
sobre la influencia de la tasa de infiltración en el transporte vertical de glifosato
y AMPA”, el equipo de investigadores junto a sus pares de la Facultad de
Ciencias Agrarias y Forestales (UNLP), el Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas y el Centro de Investigaciones del Medio Ambiente de la
Facultad de Ciencias Exactas (UNLP) realizó un experimento para “determinar la
dinámica
del glifosato en un suelo bajo labranza convencional y siembra directa durante
un ciclo de cultivo de soja”.
La experiencia se llevó a cabo en la Chacra Experimental
Integrada Chascomús (INTA-MAIBA), ubicada en las proximidades de esa ciudad
bonaerense, en un ciclo de cultivo de soja RR.
Según
comentan los técnicos del INTA “durante el período estudiado se realizaron tres
aplicaciones de glifosato Roundup® Ultra Max (1.6kg ha-1 activo) en el
mes de septiembre (antes del laboreo de la labranza convencional), en noviembre
y en diciembre del mismo año. La preparación del suelo bajo labranza
convencional se llevó a cabo en el mes de septiembre y la siembra de soja dos
meses después.
En
cuanto al procedimiento de caracterización general del suelo “se tomaron
muestras de la capa superficial del suelo a cuatro profundidades diferentes,
determinándose textura, pH, carbono orgánico y capacidad
de Intercambio Catiónico.
Para
conocer las propiedades físicas del suelo los investigadores midieron conductividad
hidráulica a diferentes tensiones y la tasa de infiltración”, mientras que para
determinar los contenidos de glifosato y su metabolito principal, se
muestrearon los primeros 40 cm de suelo y se dividieron en cuatro capas. La
cuantificación de glifosato y del ácido aminometil fosfónico.
Resultados:
Sobre
la “variación temporal de los niveles de glifosato y AMPA en el suelo y su
relación con las propiedades del suelo” los resultados mostraron que” glifosato
y AMPA se retienen fuertemente en las capas superficiales del suelo”. Sin
embargo, los técnicos del INTA advierten que “se observó su transporte vertical,
dependiendo de diferentes factores tales como los eventos de precipitación
cerca de la aplicación y las propiedades físicas del suelo”.
Los
análisis estadísticos indican que valores más altos de conductividad hidráulica
suturada pueden llevar a una menor retención de glifosato y del AMPA en las
capas superficiales del suelo, favoreciendo el transporte vertical a capas de
suelo más profundas durante el ciclo de cultivo. En el experimento se notó que,
“en general, el transporte vertical fue más pronunciado bajo Labranza
Convencional en comparación con Siembra Directa”.
El
contenido de AMPA “aumentó para ambos tratamientos en las capas 1 y 2,
mostrando un mayor incremento bajo Siembra Directa en los primeros 10 centímetros”,
lo que según los técnicos coincide con otros autores que mencionaron una mayor
persistencia de plaguicidas en suelos con alto contenido de Carbono Orgánico”.
Además, se ha demostrado que, “después de la absorción de herbicidas, se
produce la translocación a todas las partes de las plantas de soja y el ácido
aminometil fosfónico es el producto principal del metabolismo de glifosato en
las hojas”. Posterior a la cosecha, “se evidenció la disminución de glifosato bajo
el Límite de Cuantificación para todas las profundidades bajo Labranza Convencional”.
Esto, según los profesionales del INTA, “puede atribuirse al proceso de
degradación después de la cosecha de soja, reflejado en mayores contenidos de ácido
aminometil fosfónico en comparación con la fecha de muestreo anterior”. Al
respecto algunos autores mencionaron que la degradación de glifosato es
significativamente más alta en Labranza Convencional que en sistemas conservacionistas.
En
cuanto a la acumulación de glifosato en el suelo durante el ciclo de cultivo de
soja, con el experimento se observó que “una gran proporción del glifosato aplicado
puede persistir en el suelo”.
Para
mayor información:
Chacra Experimental
Integrada Chascomús (MAA-INTA).
Mitre 202Chascomús.
Tel. 02241 42-5075 | 43-6690
Referentes: Esteban Melani | Germán Soracco | Rafael Villarreal |
Luis Alberto Lozano | Santiago Vittori | Damián Marino.
E-mail: melani.esteban@inta.gob.ar