Uso de bajos con pastizales naturales
La agricultura llegó a la
región de la Cuenca del Rio Salado desde hace unas décadas y se ha mantenido
dentro de valores relativamente estables en los últimos años.
La tendencia a destinar lotes a la
producción agrícola en la región, reorientó el manejo de la ganadería a
suelos de menor calidad y esa realidad demandó a los técnicos de la Estación
Experimental Agropecuaria Cuenca del Salado del INTA acciones de extensión con
los productores ganaderos que requieren estrategias productivas que les
permitan mantener eficientes a sus empresas.
El proceso de agriculturización “ha
provocado una modificación de los sistemas ganaderos, que se han desplazado a
tierras de inferior calidad para generar las reservas de comida para el
invierno (silajes-verdeos-pasturas), introduciendo nuevos recursos dentro de la
dieta de las vacas, como son los rastrojos (pastoreados en el invierno post
cosecha)”, comentan profesionales del INTA.
De una u otra forma, la superficie
destinada al pastoreo directo de las vacas, se ve reducida durante el verano.
Esto hace que, a pesar de ser una zona dominada por pastizales naturales
de crecimiento primavero-estival, exista y se reitere un déficit de forraje en
esta estación si las lluvias no son del todo benévolas.
“Es común encontrar durante el verano lomas y media lomas
parcialmente inutilizados por estar con cultivos; pasturas reservadas para
rollos; promociones de raigrás cerradas por semillazón; festucas tóxicas
cerradas para evitar problemas de festucosis; y bajos dulces y alcalinos con
pastizales naturales más o menos degradados, iniciando su ciclo de crecimiento”,
comentan los profesionales del INTA. Este inicio de crecimiento “será diferente
de acuerdo al trato previo recibido por el potrero, nivel de cobertura
remanente, proporción de especies deseables, y su contenido hídrico edáfico”.
Todos estos factores afectarán positiva o negativamente el
inicio de la etapa de crecimiento y determinarán, junto a las lluvias de la
estación de crecimiento, su productividad, pudiendo registrarse desde tasas de
crecimiento bajas y retraso en el inicio de rebrote en pastizales degradados
por sobrepastoreo, hasta tasas muy altas, asociadas a pastizales en buena
condición y veranos húmedos (Gráfico 1).
En la actualidad y después de un invierno con inundaciones,
“es común observar por un lado potreros de bajo dulce aún con agua, con baja
carga de malezas, y buena cobertura, en buena condición, aunque con sectores
dañados por pisoteo” cuentan los técnicos. También “es común observar potreros
de bajo alcalino (pelo de chancho) con muy baja cobertura y muy pisoteados por
la hacienda”.
Las estrategias
de manejo en uno u otro caso serán diferentes. “Manejar estos ambientes en
forma separada (o manejar el potrero en función del ambiente que domina en caso
de ser potreros overos)”. Para el caso de los ambientes alcalinos, lo
profesionales sugieren “no pastorear hasta que haya suficiente piso y así
evitar el daño importante que la hacienda genera, que será más perjudicial y
persistente que en el bajo dulce”. Esto significa cerrar estos potreros en la
medida de lo posible hasta fines de noviembre o diciembre, dependiendo de cómo
continúe el clima. En el caso de los bajos dulces en cambio, a pesar de estar
saturados de agua, el daño por pisoteo resultará menor y menos duradero, y al estar
ya con abundante forraje pueden comenzar a utilizarse, teniendo sólo la
precaución de no ir con el pastoreo muy abajo (dejar más de un puño de
remanente), pastoreando en forma rotativa si se dispone de más de un potrero, o
alambre eléctrico para armar parcelas. En el caso de existir en el potrero
abundante presencia de duraznillo blanco (maleza tóxica causante del “enteque seco”) se debe prestar atención además
al momento de volteo de hojas, a fines del verano, para retirar la hacienda
evitando su consumo.
Para
mayor información:
Chacra
Experimental Integrada Chascomús (MAA-INTA).
Mitre 202Chascomús. Tel. 02241 42-5075 |
43-6690
Referentes: José Otondo.
E-mail: otondo.jose@inta.gob.ar