Como sabe
Incidencia de la castración sobre la conducta
animal y la calidad de su carne.
El
consumo de carne porcina a nivel global muestra en la última década un
crecimiento de hasta un 12 por ciento, aumento que también se ha visto en
Argentina, elevándose el consumo de 7,4 Kilogramos de carne per cápita por año al
año en 2006 a 14 kilogramos por habitante en 2017.
Dado
que el bienestar animal es indicado como un factor que incide en la calidad de
la carne y la castración quirúrgica de los cerdos machos es cuestionada en distintas
partes del mundo, referentes técnicos de la Experimental, junto asus
pares del Instituto Tecnología de
Alimentos CIA-INTA; la Experimental Salta-UCASAL, realizaron
un trabajo para “determinar la
relación directa entre dos tipos de castración
y su efecto sobre el comportamiento en cerdos”.
Como
parte de los fundamentos que dieron origen al estudio los profesionales indican
que “el estrés que genera la práctica en los animales debería reflejarse en un
aspecto negativo sobre la calidad de la carne” y por lo tanto “la inmunocastración
podría ser una solución o alternativa para el mejoramiento del bienestar animal
y por consiguiente un posible mejoramiento de la calidad cárnica”.
El
ensayo puso en observación un total de 110 animales provenientes de una granja
con instalaciones de avanzada tecnología para un sistema intensivo y trabaja
con genética proveniente de la Cabaña Agroceres Pic (Sta. Fe) con híbridos
producto de la cruza de hembras Cambo rough 23 y machos terminales 337. La
mitad de los cerdos fueron castrados por método quirúrgico y los 55 restantes por
inmunocastración, sin variar ninguna de las otras variables de manejo.
Según
comentan los técnicos del INTA “para la inmunocastración las dosis se aplicaron
8 y 4 semanas pre faena”, evaluando el comportamiento Social Negativo siguiendo
la Metodología Walfare Quality® descripto para cerdos post destete, cerdos en
crecimiento y cerdos en terminación sobre las categorías destete de 6,5 Kg,
engorde 50 Kg, 80 Kg y pre faena de 100 Kg”. El análisis descriptivo de los datos
se realizó a través del programa estadístico R.
Con el trabajo se observó que “los cerdos tratados
con castración quirúrgica presentaron niveles inferiores de comportamiento
social negativo con respecto a los castrados mediante metodología de inmunocastración”.
En concordancia con publicaciones científicas preliminares, “los cerdos
inmunocastrados se comportaron como cerdos macho enteros hasta después de la
administración de la segunda vacuna”, notándose que “el comportamiento social
negativo fue superior en los cerdos inmunocastrados, principalmente en la etapa
de destete y en cerdos de 50kg.”. Sin embargo, después de la segunda
vacunación, los profesionales del INTA observaron que “el comportamiento social
negativo en estos cerdos se reduce, acercándose a los niveles presentados por
los cerdos castrados por el método quirúrgico”.
Entre
las conclusiones a las que arribaron los técnicos de la Experimental Cuenca del
Salado del INTA con su trabajo destacan que “si bien, en términos de bienestar
animal, la técnica de Inmunocastración es una mejor alternativa con respecto a
la de la castración quirúrgica sin anestesia ni analgesia, la conducta social
negativa se ve presente en mayor magnitud en cerdos IC hasta el momento en que
se aplica la segunda vacuna”. No obstante, dado que existen pocos trabajos que
estudien el comportamiento de animales en un mismo sistema de producción, “los
resultados obtenidos brindan información para futuras investigaciones”.
Para
mayor información:
INTA
Cuenca del Salado - Rauch.
Tel. 02297442206 / 02297440525
Referente: Vet. Federico Guzmán
E-mail: guzman.federico@inta.gob.ar