Por módulos
Ensayos para la
mejora productiva de recría e invernada.
En
el actual contexto productivo de la ganadería Argentina, uno de los caminos más
viables para incrementar los volúmenes de producción de carne a nivel país, es
el incremento en el peso de faena. Tan sólo con aumentar entre 30 y 40 kilos por cabeza el peso de faena de
las categorías novillitos y vaquillonas, se generaría un incremento de unas
300.000 toneladas de carne, equivalente a 6 mil millones de dólares.
Según
comentan los técnicos de la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA
que trabajan en un ámbito eminentemente ganadero para darse esto, “sería vital
el ciclo que media entre la crianza y la terminación a corral de los animales,
o sea la recría en condiciones de campo que permita entregar a los feed-lot
animales más pesados y desarrollados para lograr buenas conversiones y rápida
terminación”.
Promoviendo la
generación de información sobre esta alternativa para mejorar la productividad
en la Chacra Experimental
Integrada Chascomús (Manantiales)
se trabaja con un módulo de recría e invernada desde hace trece años,
constituyendo un claro ejemplo de cómo
avanzar en la cadena de la carne para el criador de la Cuenca del Salado.
Con
el trabajo, desde hace más de una década, “se han logrado buenas producciones
físicas, pero por sobre todo con métodos de recría muy económicos, ya que más
del 80 % de la dieta anual recibida por la hacienda es forraje fresco, que sin
lugar a dudas es el recurso más barato” señalan los profesionales del INTA a
cargo del módulo experimental.
El
módulo de recría e invernada “termina
con los animales con peso y estado adecuados para faena, aunque este modelo
bien podría tomarse en forma parcial para entregar animales a los corrales de
terminación con un peso mayor al que habitualmente éstos los reciben,
permitiendo en este caso al recriador obtener un mayor valor final por su
producto, y al engordador terminar sus animales con un mayor peso manteniendo
la viabilidad económica de su negocio”.
Base forrajera:
La
recría de terneros a base de forrajes requiere de una cadena forrajera que
coordine lo mejor posible entre la demanda de nutrientes y la oferta, algo
bastante dificultoso en la práctica, pero que combinando recursos y técnicas
para incrementar la producción estacional es absolutamente lograble.
“Para
obtener estos objetivos es fundamental la base forrajera” destacan los técnicos
de la Experimental Cuenca del Salado del INTA, al explicar que en los módulos
“el criterio que se ha seguido es conseguir una oferta de forraje variada, con
la mayor cantidad y calidad posibles durante todo el año”.
Es
sabido que es imposible lograr el equilibrio entre estaciones (todo sobra en
primavera y en general falta en invierno y verano), pero con la diversificación
de recursos, la correcta elección de especies y cultivares, más la ayuda de la
suplementación, puede conseguirse atemperar las variaciones extremas y mantener
una adecuada alimentación de los animales de acuerdo con sus requerimientos.
Los
recursos con los que cuenta actualmente el módulo son “pasturas polifíticas
perennes: 46% (algunas con más orientación invernal y otras estival),
promociones de rye-grass: 28%, alfalfa: 8%, promoción de Lotus tenuis: 7%, maíz
para grano o silaje: 11%”. El manejo de los mismos “se realiza a través de
cortos pastoreos (de uno o a lo sumo dos días de duración), proveyendo
descansos lo más largos que sea posible, aunque cuidando que no lo sean tanto
como para que el pasto acumulado no produzca demasiado sombreo sobre las hojas
inferiores y acelere su pérdida de calidad (se trata de iniciar el pastoreo
cuando se alcanza una disponibilidad de no más de 2000 kg.MS/ha.). Para esto el
alambrado eléctrico es una herramienta de primordial importancia, ya que
permite el parcelamiento de los lotes en diferentes tamaños según las
necesidades de cada momento” indican los profesionales del INTA.
Datos productivos:
La
revisión de los resultados obtenidos en el reciente ejercicio cerrado en el
Módulo de recría e invernada de la Experimental Cuenca del Salado del INTA,
2015/16 con animales que iniciaron el ciclo en otoño de 2015 con 6 a 8 meses de
edad y un peso promedio de 175 kg., “arrojó una producción de 622,7 kg./ha. en
las 61,7 ha., efectivamente ocupadas”.
El total de animales en engorde fue de 193 cabezas, 95 machos y 98
hembras. “Los pesos de salida fueron de
406,3 y 342,1 kg., sin desbaste para los machos y las hembras
respectivamente”. Los mismos fueron
saliendo paulatinamente en la medida que llegaban a terminación a partir del
mes de noviembre del mismo año del inicio y la última tropa en abril del
siguiente, promediando un total de 335 días de invernada, con un ritmo de
engorde promedio de 594 gramos por cabeza por día.
Para
mayor información:
INTA
Cuenca del Salado. Chacra Experimental Integrada Chascomús. (Manantiales).
Tel. (02241) 436690/425075. E-mail:
inta.chascomus@gmail.com
Referente: Ing. Agr. Matías Bailleres.