Nutrición animal

Quién da más
Comparación de dietas proteicas en el último tercio de gestación.

El período en el que la vaca presenta una menor producción de hormonas que intervienen en la reproducción es conocido como anestro. La duración del mismo en un vientre de cría y la posibilidad que se preñe durante la temporada de servicio depende del estado nutricional y condiciona el éxito de la empresa ganadera dedicada a la cría.

Si bien ha sido demostrado mediante estudios que “la deficiencia de proteína puede afectar negativamente la reproducción”, no está claro cómo el nivel de proteína en la dieta durante la gestación afecta la evolución de peso vivo y estado corporal, al igual que ciertos metabolitos y hormonas cuando el consumo total es restringido”.


Teniendo en cuenta la falta de información sobre la cantidad de proteína necesaria en la dieta para la mejora de la evolución de parámetros productivos, reproductivos y sanguíneos de los vientres técnicos de la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA han realizado trabajos en los que se evaluó la incidencia de la “suplementación proteica en el último tercio de gestación”.

El objetivo del estudio que forma parte de una serie de trabajos complementarios realizados en el campo experimental Colonia Ortiz Basualdo de la EEA Cuenca del Salado (INTA), fue “conocer la evolución de peso vivo, estado corporal, parámetros reproductivos, perfil metabólico y hormonal en la madre con dietas de diferentes concentraciones proteicas”.

Para conocer como la incorporación de proteína en la dieta durante el último tercio de gestación incide en vacas de cría, los referentes del INTA comentan que “se utilizaron sesenta y ocho vacas Angus gestantes multíparas con un promedio de 170 días de gestación y 410 kilos”. Las vacas fueron separadas de acuerdo a su peso vivo y asignadas al azar en dos grupos, a los que se les brindaron dietas diferentes, a uno de baja proteína (BP= 6%PB) y al otro de alta proteína (AP=12%) ajustado en materia seca.

Durante el ensayo “las vacas consumieron el 100% de los requerimientos energéticos (NRC, 2000) agrupadas en 12 corrales por tratamiento. La dieta preparto consistió en silo de maíz de planta entera y núcleo vitamínico mineral (BP) y al grupo AP se le agrego pellet de girasol”. Después del parto “todas las vacas fueron manejadas en forma conjunta y pastorearon avena y pasturas perennes hasta el destete”.

Según comentan los referentes del INTA Cuenca del Salado a cargo del estudio “con los resultados se pudo observar que “El grupo al que se le brindó la dieta de alta proteína “presentó un mayor peso al parto (P=0,05) con respecto al otro grupo tratado con baja proteína”.

Con el ensayo los técnicos concluyeron que “la inclusión de proteína en la dieta durante los últimos tres meses de gestación afectó el peso vivo y tendieron a mejorar el estado corporal al parto”. Así mismo que las vacas a las que se les suministró la dieta de alta proteína “reflejaron una mayor concentración de Urea en sangre durante el tratamiento y una menor cantidad de NEFA en el preparto”. Sin embargo, según observan los referentes del INTA, “la glucosa no se modificó significativamente entre los tratamientos”. Los niveles de IGF1 e Insulina se vieron modificados en el tiempo pero no por la dieta. “Los tratamientos pre parto no afectaron las variables reproductivas bajo las condiciones ensayadas”.

Para mayor información:
EEA Cuenca del Salado INTA Rauch. Av. Belgrano 416
Tel. (02297) 440525
Referente: Sebastián López Valiente.