De punta a
punta
Producción
de carne a ciclo completo.
El ciclo ganadero se refiere a
las fluctuaciones periódicas que enfrenta la actividad ganadera vacuna. Este
fenómeno existe porque la hacienda es, al mismo tiempo, un bien de capital y un
bien de consumo, en el caso de las hembras y de los animales jóvenes. Esto hace
que si se planea aumentar el stock ganadero en el futuro, se debe invertir en
el presente, reteniendo vientres (vacas) para generar una renta futura
(terneros). Lo anterior se traduce en una reducción de la oferta de ganado y
carnes en el corto plazo.
Una característica muy
interesante de este ciclo es su duración, la cual viene determinada por la
lentitud del proceso productivo, debido a las restricciones del ciclo biológico
del animal. Entre la decisión de aumentar la producción y el logro de tal
aumento deben pasar por lo menos tres años, un año desde la retención de la
hembra hasta la parición del ternero, y dos o más años para la terminación del
novillo. Cada ciclo alterna entre dos etapas, una de retención y otra de
liquidación de existencias; en general, la duración media de la fase de
retención es más del doble que la fase de liquidación.
La
cuenca del Salado bonaerense es un reservorio de la ganadería nacional. Sus
campos tienen el potencial para el aumento de la carga y la producción de carne
en el país. Para cumplir estos objetivos, los productores ganaderos en los
últimos años han comenzado a incorporar nuevas tecnologías y modos de manejo,
para optimizar los resultados y superar momentos de adversidad climática.
Según observan los
técnicos de la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA “la zona
tradicionalmente criadora se encuentra en un proceso de transición hacia la
actividad de ciclo completo, como una alternativa para diversificar y hacer más
rentable la producción, por lo que la recría y la terminación de los terneros
compiten por la superficie que se destina a la cría”, aunque se advierte un
aumento de la terminación de los animales mediante el encierre.
Por el campo:
Con el objetivo de
conocer los resultados
económicos de los niveles de producción bajo, medio y alto, y evaluar el
impacto de la adopción de tecnologías críticas en sistemas ganaderos de la
Cuenca del Salado, técnicos de la Agencia de Extensión Rural Saladillo del INTA
realizaron un trabajo en un campo ubicado en la localidad de Polvaredas, dentro
del Partido de Saladillo.
Las
variables utilizadas en el modelo fueron las tecnologías críticas agrupadas por
afinidad temática: manejo nutricional; reproducción y sanidad; producción y
utilización de forraje; gestión y asesoramiento contemplando además en este
caso de ciclo completo la infraestructura.
El
ensayo se realizó sobre una unidad productiva agrícola de una superficie de 27
hectáreas, ocupadas con 41 vacas madres, negras y rojas de la Aberdeen Angus.
La
nutrición contó como base la producción de 6 hectáreas de avena, 6 de
maíz y 6 de pastura a base de festuca, trébol rojo y trébol para consumo
propio, que según comentan los técnicos “en conjunto el trébol rojo, blanco y el
lotus tenuis tuvieron un rendimiento de 1243 kilos de materia seca por
hectárea”.
Con
un promedio de 180 kilos por animal, después del destete y de “una adaptación previa
con rollos de soja durante 15 días, “para la terminación los terneros fueron
encerrados a corral durante un período cercano a los 90-100 días”, donde se los
alimentó con maíz suplementado con núcleo.
Como
parte del ensayo “se generó un registro de kilogramos de carne producidos,
porcentaje de materia seca en pastura, rindes del maíz, rotación de la
hacienda, y de la terminación a corral”.
Evaluando
los resultados, los técnicos de la Estación Experimental Cuenca del Salado del
INTA observan que “en Feedlot se obtuvieron 11.386 kilogramos de carne por
hectárea, producidos a base de una nutrición con maíz, núcleo y rollos de soja
para adaptación”, es decir un resultado productivo de 273 kilogramos por
hectárea por año”, cifras que darían una “rentabilidad cercana al 2 por ciento
anual”.
Más
allá de los resultados auspiciosos los referentes del INTA indican que el
modelo productivo puede ser más eficiente si se realizan algunos ajustes como
por ejemplo “hacer más larga la recría con pesos que lleguen hasta 220 kilos en
las hembras y un promedio de 240 a 250 kilogramos en los machos”.
Para mayor
información:
AER INTA Saladillo
Tel. 02202344 453719
Referente: Med. Vet. Sergio Weiss
E-mail: Weiss.sergio@inta.gob.ar