La deuda interna
Análisis
del balance mineral en suelos agrícolas de la Cuenca del Salado
Existen
13 nutrientes minerales que son esenciales para la realización del ciclo de
vida de las plantas. Dentro de éstos, los macro-elementos como el
nitrógeno, potasio, fósforo, calcio, magnesio y azufre son necesarios en
grandes cantidades, mientras que los micro-elementos como el hierro, manganeso,
zinc, cobre, molibdeno, boro y cloro, se requieren en concentraciones muy
bajas.
La
escasez de un elemento en particular repercute indefectiblemente en la
producción.
Sabido
es que la agricultura que se practica en nuestro país está sujeta a bajos
niveles de fertilización, y a su vez esta fertilización contempla
principalmente a los elementos Fósforo (P), Nitrógeno (N) y en mucha menor
medida, Azufre (S). Si bien estos nutrientes son los de mayor impacto en la
producción, debido a que los cultivos los extraen en grandes cantidades
presentando mayor respuesta ante la fertilización, es cierto que junto con
ellos son extraídos una gran cantidad de otros elementos que no son tenidos en
cuenta ya que normalmente existen en gran concentración en el suelo o porque
las cantidades extraídas no son tan altas. Dentro de éstos elementos se
encuentras aquellos que en términos genéricos se los denomina “bases”, entre los que se destacan por
importancia el Calcio (Ca), Magnesio (Mg) y el Potacio (P).
La
disminución de la concentración en el suelo de estas bases, por debajo de
ciertos umbrales, produce una disminución de la producción, dado que “cada uno
de ellos es irremplazable en su función dentro de las plantas y por ende la
escasez de un elemento en particular repercutirá indefectiblemente sobre la
producción”. Además “la nutrición vegetal está condicionada no sólo por el
contenido de nutrientes en el suelo, sino también por las concentraciones
relativas de cada uno de ellos respecto de otros elementos, con los cuales
pueden tener interacciones. Asimismo “la menor concentración de bases conlleva
a una disminución del pH,
acidificando el suelo, afectando aún más a la producción”.
En
referencia al último punto les técnicos señalan que “el pH (Potencial H+)
es un parámetro del suelo que está fuertemente relacionado con la fertilidad
física y química, y por lo tanto con la producción. Si bien cada especie
vegetal tiene un valor de pH óptimo para su crecimiento, puede decirse que
existe un rango de valores óptimos por debajo o por encima del cual el
crecimiento vegetal se ve perjudicado. Este rango oscila dentro de lo que se
llama normalmente pH neutro (pH = 7) o neutralidad”. Los suelos con pH
inferiores a 7 son denominados suelos ácidos, mientras que aquellos con valores
de pH superiores a 7 son los
denominados suelos alcalinos.
La
actividad del hombre y sus acciones sobre el suelo pueden modificar el pH produciendo una disminución del
potencial productivo.
A partir de los datos aportados por el
Sistema Integrado de Información Agropecuaria (SIIA) del Ministerio de
Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación, los referentes del INTA compararon
la información sobre el balance de nutrientes de las últimas campañas en 11
partidos de la Cuenca del Salado (Ayacucho, Azul, Castelli, Chascomús, Dolores,
Gral Belgrano, Gral. Madariaga, Las Flores, Maipú, Rauch y Saladillo).
El
sistema brinda, entre otros datos, la superficie sembrada por año, el
rendimiento y la producción total de los cultivos en cada partido. Con ésta
información se realizó el cálculo de los kilos de Potacio (K), Calcio (Ca) y
Magnesio (Mg) extraídos por hectárea con cada cultivo, observándose que
“haciendo un promedio de los 11 partidos analizados, la Soja es el cultivo más
extractivo”.
En
la Tabla se observa la exportación de Ca, Mg y K por tonelada de grano de los
cuatro cultivos más difundidos.
Mediante el análisis de la información
los técnicos del INTA observan “un incremento de la extracción acumulada de
bases (expresado como kg/Ha de K, Ca y Mg) durante el período en estudio,
debido fundamentalmente a la falta de reposición de éstos elementos por medio
de la fertilización y al aumento de la
superficie agrícola”.
Existen en el mercado productos para la
reposición de las bases. “En el caso del Calcio puede utilizarse el Carbonato
de Calcio en varias de las formas” señalan los técnicos del INTA. Este mineral se
presenta como “caliza”, “cal viva” o “apagada” y “conchilla molida”. Asimismo
para la reposición de Calcio y Magnesio se comercializa la “dolomita” y para el
agregado de Potacio el “cloruro de potasio” (KCl).
Si bien no está cuantificado, los
referentes del INTA señalan que “existe la posibilidad que lotes con muchos
años de agricultura continua de la Cuenca del Salado estén sufriendo un proceso
de acidificación”. Al respecto observan que “se puede determinar de forma
rápida y económica, si existe una probable pérdida de bases en el suelo y por
ende acidificación, mediante la determinación de pH en laboratorio”.
Para aquellos productores que tengan
interés en realizar un monitoreo de sus lotes mediante la determinación del pH,
pueden ponerse en contacto con la oficina de INTA más cercana, donde serán
asesorados en la toma de muestras así como también respecto a los laboratorios
más accesibles para su análisis.
Los técnicos del INTA Cuenca del Salado
comentan que con el trabajo realizado se ha buscado “dimensionar las pérdidas
de nutrientes que ocurren en el suelo de lotes agrícolas de la región, tratando
de enfatizar la idea que una agricultura sin reposición de nutrientes se
presenta como un planteo productivo poco sostenible en el tiempo”. Si bien las
coyunturas económicas/financieras no siempre generan márgenes agrícolas que
posibiliten una correcta fertilización, se debe pensar tal vez, que “las buenas
campañas agrícolas sean aquellas que nos permitan poner en cero nuestras deudas
de nutrientes con el suelo”.
Para
mayor información:
Chacra
Experimental Integrada Chascomús (MAA-INTA). Mitre 202Chascomús.
Tel. 02241 42-5075 | 43-6690
Referentes: Ing. Agr. Esteban Melani.