Por un cobre
Rendimiento
y respuesta inmune de terneros hijos de vacas suplementadas con cobre.
La
deficiencia de cobre (Cu) o hipocuprosis es la segunda deficiencia mineral más
frecuente en bovinos en pastoreo en el mundo, siendo responsable de
considerables pérdidas económicas en la producción ganadera.
En la región
de la Cuenca del Salado más del 50% de las vacas padece cierto grado de
deficiencia de cobre y este porcentaje se incrementa a un 70% en los terneros.
Contemplando esta situación, un equipo de técnicos de la Estación Experimental
Cuenca del Salado del INTA, junto a la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP, realizó un trabajo para “evaluar el
rendimiento productivo y reproductivo”, como también “la respuesta inmune en
terneras/os provenientes de vacas suplementados con cobre en el último tercio
de gestación”.
“Los sistemas
ganaderos a base de pasturas pueden sufrir dicha deficiencia en forma primaria,
por baja concentración del mineral en el forraje, o bien en forma secundaria,
debido a la existencia de otros minerales que intervienen en su aprovechamiento”,
observan los profesionales del INTA.
En
lo que respecta a la signología clínica la deficiencia de cobre ha sido
asociada a una variedad de signos, incluyendo falta de pigmentación, fracturas
espontáneas, degeneración del miocardio, diarrea y muerte súbita. A su vez, una
de las más importantes consecuencias productivas es la disminución de la
ganancia de peso diario y en consecuencia el peso final de los terneros al
momento de su venta. El uso de la nutrición para mejorar la resistencia y
reducir la intensidad de las infecciones en los animales aún necesita ser
explorado. En este contexto el Cobre juega un importante rol como un componente
esencial para ciertos mecanismos de defensa. Por otra parte, el término
“programación fetal” hace referencia a los eventos que suceden durante el
desarrollo del feto en gestación que tendrán consecuencias en el ternero a lo
largo de su vida.
Ensayos:
El
trabajo se llevó a cabo en la Colonia Ortiz Basualdo de la Estación
Experimental Cuenca del Salado del INTA. En el mes de abril del 2014 “se
seleccionaron al azar 70 vacas Aberdeen Angus colorado correspondientes a un rodeo con un
alto grado de deficiencia de cobre (promedio: 23 ug/ml)”. El grupo fue dividido
al azar en dos subgrupos (n:35) denominados con tratamiento de cobre (T) y sin
tratamiento (ST). El subgrupo T fue suplementado con 8ml de una formulación
comercial de cobre orgánico en dos momentos, con un intervalo de una semana un
mes antes de esperado el inicio de las parición.
Según
explican los referentes a cargo del trabajo, “ambos subgrupos permanecieron
juntos pastoreando una pastura a base de especies de campo natural”. Asimismo
para el seguimiento “se tomaron muestras de sangre y estado corporal al momento
de la primera suplementación y luego de 60 días de aplicada la primer dosis”.
Durante la temporada de nacimientos de terneros se procedió a identificar a los
mismos, determinar su peso corporal, tomar una muestra de sangre para
determinación de concentración de cobre sérico e inmunoglobulina G (IgG) total.
A
los 75 y 210 días de edad los técnicos evaluaron nuevamente el peso corporal y
la ganancia de peso diario. Mientras que a los 75 y 160 días de edad tomaron
muestras de sangre para reevaluar el estado de la cupremia e IgG total. Al
mismo tiempo se obtuvieron muestras de sangre con anticoagulante a los 75 días
de edad para la determinación de parámetros hematológicos.
Los
resultados preliminares indicaron que “la suplementación en dos momentos con 7
días de intervalo con cobre orgánico inyectable durante el último mes de
gestación tuvo una respuesta favorable,
incrementando las concentraciones séricas al menos 60 días post administración
de la primera aplicación, sobre un grupo de bovinos con deficiencias
extremas de dicho mineral”.
A
su vez, tal como lo explican los profesionales del INTA, “este resultado
favorable se observó en la concentración de cobre en sangre en los terneros al
momento de nacer y tras 75 días post nacimiento”. El rendimiento productivo (PV
y GDP) “fue mayor en los terneros hijos de vacas suplementadas en todos los
momentos analizados en términos de valor absoluto”, sin embargo estas
diferencias no alcanzaron a ser estadísticamente significativas. A su vez los técnicos observaron “un mayor
recuento de células sanguíneas, muchas de las cuales intervienen en mecanismos
de defensa, fueron halladas en el grupo de terneros “tratados” sin embargo
estos resultados no llegaron a una diferencia estadísticamente significativa”.
Con
los resultados obtenidos los referentes del INTA indican que “aún queda
pendiente el análisis de la concentración de Ia Inmunoglobulina G total”,
destacando que “actualmente esta línea de trabajo continúa en investigación y
se ha desarrollado un nuevo estudio en base a esta temática que será realizado
a lo largo de los años 2015 y 2016”.
Para mayor
información:
EEA Cuenca del
Salado INTA Rauch. Av. Belgrano 416
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440525
E-mail:
alejandro.rodriguez@inta.gob.ar
Referentes: Alejandro
Rodriguez | Sebastián Maresca | Sebastián López Valiente.