Gran valor
Diversificación productiva en la Cuenca del
Salado.
Frente
a un sector agrícola en expansión la región de la Cuenca del Salado bonaerense,
tradicionalmente ganadera, registró en los últimos años una redefinición de sus
agro-ecosistemas. Estos cambios generaron el desafío de repensar la ganadería y
plantear nuevas estrategias que le permitieran mantener su competitividad, en
convivencia con la agricultura y otras alternativas productivas capaces de
agregar valor en origen.
En
ese contexto en el que los rodeos bovinos se orientaron hacia un modelo
productivo de precisión para optimizar el manejo de la nutrición, los índices
de preñez y los resultados productivos, la producción porcina se afianzó con la
aparición de sistemas intensificados. De este modo, según datos del último
Censo Nacional Agropecuario, el mayor porcentaje de los sistemas productivos
porcinos se concentran en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe,
con una creciente participación de otras provincias en las que este tipo de
emprendimientos no eran representativos.
Cultivos de maíz y soja utilizados para la
conversión en proteína animal
Dado
que la Cuenca del Salado se caracteriza por poseer condiciones agro-ecológicas
propicias para la crianza de cerdos y la producción de cereales y oleaginosas,
principales insumos de la actividad porcina, desde la Estación Experimental del
INTA se fomenta la puesta en marcha de proyectos que permitan agregar valor en
origen a los productores de la región a partir de la cadena de valor
porcina.
Con
ese objetivo y como experiencia para determinar la viabilidad de una
explotación porcina en un campo de aptitud agrícola de la zona, los técnicos
del INTA Cuenca del Salado asistieron a un productor dispuesto a diversificar
su producción apostando al agregado de valor en origen mediante un
emprendimiento de cerdos.
El seguimiento se realizó sobre una
superficie alquilada de 35 hectáreas, contiguas a su campo, donde en la campaña
2011-2012 se sembraron 25 hectáreas de maíz y 10 de soja, obteniendo 155
toneladas de maíz y 31 de soja, con rindes de 6200 kg/ha de maíz y de 3150
kg/ha de soja.
Según comentan los referentes
del INTA “si el productor vendía su cosecha en ese momento (950 pesos/ton para
maíz, y de 1.600 pesos/ton para soja) obtenía un ingreso bruto total de 199.600
pesos (147.250 con el maíz + 49.600 con la soja) con lo cual tenía una mínima
ganancia con lo invertido”. Por tal motivo y contemplando que el cerdo es una
de las especies más eficientes en la conversión alimentaria (3-1), se le
propuso transformar ese alimento de origen vegetal en proteína animal.
Con la soja producida
se realizó un canje por 28.000 kilos de expeller de soja, que con el maíz
cosechado y aproximadamente 12.000 kilos de núcleo se obtuvo un total de 180.000
kg de alimento balanceado. En la transformación con esa cantidad de alimento
balanceado producido en el mismo establecimiento se lograron 56.700 kilogramos
de capón vivo, un total de 540 animales. Con la venta de esos cerdos, entre el
mes de noviembre del año 2013 y marzo del 2014, los técnicos del INTA estiman
que “a un promedio de 10,20 pesos por kilo el productor recibió un ingreso
bruto de 578.340 pesos.
La
producción de capones se realizó con el sistema de “cama profunda”, una
tecnología que se aplica en diversas partes del mundo desde hace varios años y
que en la Cuenca del Salado está siendo adoptada lográndose buenos resultados,
tanto desde el punto de vista zootécnico como económico.
Con el seguimiento
de esta iniciativa de agregado de valor en origen se observó que “la transformación
primaria de grano a carne le permitió al productor seguir siendo competitivo a
la hora de arrendar esas hectáreas agrícolas”. Sin embargo, según explican los
técnicos “el próximo desafío es seguir avanzando en la cadena y poder llegar al
consumidor vendiendo cortes frescos de cerdo, y así generar más valor a su
producción primaria”.
Para
mayor información:
INTA
Cuenca del Salado. Rauch, Av. Belgrano 416.
Tel. (02297) 442206 / 440525.
E-mail: bravo.oscar@inta.gob.ar
Referente: Med Vet. Oscar Bravo