Mirando al
suelo
Evaluación de
la producción y sustentabilidad ambiental.
Desde hace algunas décadas, fortalecido por el modelo de
agricultura actual y la intensificación productiva, se ha generado una
redefinición de los ambientes productivos. La tendencia en la región de la
Cuenca del Salado bonaerense generó el desafío de reubicar a los rodeos y
plantear nuevas estrategias de manejo, con la adopción de insumos y
herramientas apropiadas para los nuevos ambientes.
Este desplazamiento de la ganadería a suelos más
restrictivos involucró no solo a los sistemas de cría, sino también a los de
recría e invernada, propiciando un incremento de carga en las superficies de
menor aptitud agrícola y generando la necesidad de aumentar la oferta de
forraje.
En ese proceso se apeló a suelos de media loma y bajos
dulces con destino a verdeos y/o cultivos utilizados como forraje diferido,
forrajes conservados o granos para consumo animal. Los buenos resultados
obtenidos en ciertos años y en algunos lotes produjeron un aumento de la
superficie cultivada.
La mirada economicista de la producción agropecuaria
debería contemplar en profundidad el aspecto ambiental.Frente a este
planteo, y debido a la falta de información sobre la sustentabilidad de estos
ambientes, desde la Estación Experimental del INTA Cuenca del Salado se impulsó
un trabajo para obtener datos de los suelos de un área tradicionalmente
ganadera.
Estudios a campo:
Con el objetivo de evaluar la producción y la
sustentabilidad ambiental con distintos manejos en un suelo típico de media
loma - bajo dulce, se inició una experiencia con diferentes rotaciones que se
desarrollará durante un mínimo de 6 años. Para tal fin se realizó una rotación intensiva
ganadera (RG), una mixta (RM) y una agrícola (RA), manteniendo como testigo un
campo natural (CN).
El trabajo impulsado por los técnicos del INTA Cuenca
del Salado planteó el seguimiento de parámetros físicos y químicos del suelo
para estudiar su evolución o deterioro en el tiempo.
Inicialmente se tomo como referencia las Cartas de
suelos de la provincia de Buenos Aires y utilizando el Programa GeoINTA, se
impulsó una tarea de caracterización de suelo, para diferenciar los complejos
de suelos del lote, definiendo 3 bloques de muestreo (A, B, C).
Muestreo de densidad aparente del suelo en el campo natural. También se
observa la jaula de exclusión para las determinaciones de biomasa forrajera.
Propiedades físicas:
En cuanto a la densidad aparente del suelo
durante el primer ciclo de la rotación (2011/2012), no se encontraron
diferencias significativas ni entre las rotaciones, ni entre los tipos de suelo,
aunque sí se observó una tendencia a incrementar la densidad al disminuir la
calidad del suelo.
De a cuerdo a los registros “el porcentaje de humedad
fue menor en superficie, y fue aumentando con la profundidad, manteniendo este
comportamiento tanto en el testigo como en todas las rotaciones”. Este
comportamiento, según explican los profesionales a cargo del estudio, “está
asociado a la transpiración del suelo regulado por la cobertura vegetal, y la
evapotranspiración de los cultivos, que concentran la mayor cantidad de raíces
y en consecuencia extracción de agua, en los primeros centímetros del suelo”.
La superficie utilizada como testigo, un campo natural,
fue el suelo que menos agua presentó en todo el perfil. La rotación mixta registró
un porcentaje de humedad intermedio, mientras que la rotación agrícola junto a
la rotación ganadera fueron las que más agua disponían.
“Ese comportamiento está asociado a la mayor
extracción de agua, dada por la evapotranspiración constante del tapiz del
campo natural, y de una rotación mixta con doble cultivo y pastoreo que deja
suelo desnudo”, señalan los técnicos.
En contraposición la rotación ganadera con maíz
diferido mostró una transpiración superficial por suelo desnudo, pero recarga
del perfil en profundidad, mientras que la rotación agrícola con doble cultivo,
donde el invernal fue quemado (para puente verde), presentó una disminución de
la evapotranspiración y una mayor acumulación de agua en profundidad.
La resistencia a la
penetración se podría traducir como la compactación del suelo, y ha sido diferente en los
primeros 0-20cm del suelo entre las rotaciones y el testigo.
Con el estudio
desde el INTA Cuenca del Salado determinaron que “en general el campo natural
es el de mayor resistencia a la penetración y la rotación agrícola la de menor
resistencia, siendo intermedias la Rotación ganadera y mixta, aunque a partir
de 12,5cm la primera se asemeja más al campo natural y la mixta a la agrícola”.
De acuerdo a
las estimaciones de los técnicos “los mayores valores registrados en el campo
natural estarían asociados a años de pastoreo sin “mover el suelo”, comparado
con las rotaciones que han tenido una labranza mínima (nivelación, surco de
siembra, etc)”. Mientras que “las diferencias entre rotaciones podrían
asociarse al efecto del pisoteo del animal en la rotación mixta y la ganadera,
comparado con la agrícola donde el animal no entró”.
Si bien los
técnicos advierten que “la compactación del suelo puede limitar la penetración
de humedad, reducir la asimilación de fertilizantes y químicos e impedir el
crecimiento de la raíz de la planta”, observan que “hasta el momento no ha sido
el caso en ninguna de las rotaciones, ni en el campo natural”.
Propiedades Químicas:
Si bien el
estudio ha contemplado el potencial
de hidrógeno y la conductividad eléctrica los datos obtenidos no han
mostrado diferencias significativas entre las rotaciones entre sí o con el
campo natural. Sí “se detectaron diferencias entre las distintas áreas del lote
en estudio, hecho esperable ya que se fijaron los sitios de muestreos según el
tipo de suelo”. A partir de esta información los técnicos observan que “el
ensayo está planteado en suelos neutros a ligeramente alcalinos, sin problemas
de salinidad en algunos sectores, y con una clasificación de muy ligeramente
salino para otro de los bloques.
Dado que la materia
orgánica es uno de los principales parámetros que se ven afectados con el
uso intenso del suelo, en el estudio las diferencias estuvieron asociadas con los tipos
de suelo, con un rango de variación de 4,4% a 6,6%. Sin embargo no se
detectaron diferencias debido a las rotaciones y/o el testigo (registrados
entre 5,2% y 6,7%), resaltando que los valores encontrados resultan altos para
este tipo de suelo.
Según los análisis de suelo “la disponibilidad de fósforo varió entre rotaciones,
presentando la rotación agrícola los mayores valores (18,3ppm), seguidas por la
rotación ganadera y la rotación mixta, que no difirieron del campo natural
(testigo) que registró 10,2ppm”. Tales diferencias “estuvieron asociadas
posiblemente al agregado de fósforo al suelo a través de la fertilización de
los cultivos a la siembra (PDA) y, a que al ser un nutriente poco móvil en el
suelo queda parcialmente disponible y retenido por diferentes compuestos y
agregados, aumentando su concentración”. El campo natural presentó valores
altos comparados con lo típico en esos suelos.
Dado que el nitrógeno potencialmente mineralizable (NAN) es una de las fracciones del N orgánico del suelo que responde rápidamente a cambios en el manejo del mismo, el estudio contempló su observación, notándose que “no se detectaron diferencias debidas a las rotaciones, con una leve tendencia debida al tipo de suelo con valores más alto en el complejo de mayor calidad, como era de esperar”.
Dado que el nitrógeno potencialmente mineralizable (NAN) es una de las fracciones del N orgánico del suelo que responde rápidamente a cambios en el manejo del mismo, el estudio contempló su observación, notándose que “no se detectaron diferencias debidas a las rotaciones, con una leve tendencia debida al tipo de suelo con valores más alto en el complejo de mayor calidad, como era de esperar”.
Comentarios
finales:
Como conclusión
preliminar, al finalizar
el primer ciclo de la experiencia los referentes técnicos del INTA Cuenca del
Salado han determinado que “el porcentaje de humedad en el perfil fue el
parámetro que más se diferenció entre las rotaciones, siendo un importante
punto a tener en cuenta si piensa en la acumulación de agua en el perfil para
el cultivo siguiente”.
En términos
generales con el seguimiento se observó que las diferencias en los parámetros
registrados en el suelo fueron mínimas, como se estimaba, sin embargo a pesar
de tratarse de un estudio en su primera etapa se han detectado tendencias
interesantes, que deberán ser estudiadas a través del paso de tiempo para lograr
una conclusión precisa sobre cada rotación.
Para mayor información:
EEA Cuenca del Salado. AER Rauch. Área de Producción
vegetal.
Av. Belgrano Nº416, Rauch. Tel/Fax. (02297) 442206
E-mail: borrajo.celina@inta.gob.ar
Referentes: Ing. Agr. Celina Borrajo.