Directo al
grano
Consideraciones sanitarias ante el uso de rastrojo
y maíz diferido.
Las variaciones climáticas durante el
año generan inestabilidad productiva en los sistemas para cría bovina. Para
afrontar la baja producción forrajera durante los meses de invierno se han ido
utilizado distintas alternativas entre las cuales se encuentran los verdeos de
verano para pastoreo diferido en invierno. Este recurso permite lograr una
buena producción por hectárea a bajo costo. Otra alternativa la ofrece el
rastrojo de maíz, que otorga buen volumen forrajero permitiendo aprovechar el excedente de la
cosecha.
Sin embargo bajo estas condiciones
existen ciertos riesgos sanitarios que deben tenerse en cuenta para poder ser
prevenidos y considerados. Un antecedente a contemplar es lo ocurrido durante
los meses de otoño e invierno del año 2012 cuando se vieron incrementadas las
consultas por intoxicación de bovinos debido al consumo de maíz parasitado con
un hongo llamado Diplodia maydis.
Este reconocido hongo que afecta al
cultivo, al ser consumido por los bovinos produce una intoxicación conocida
como Diplodiosis. Este agente patógeno del maíz presenta una amplia difusión en
zonas cálidas y afecta a los cultivos fundamentalmente en los años húmedos
durante los meses de otoño e invierno. En la espiga, se desarrolla desde la
base a la punta. Los granos y la chala parecen estar pegados y se observa un
moho blanquecino entre las hileras del grano. Los granos aparecen con menos
lustre, de color gris opaco o ligeramente marrón.
En los bovinos la enfermedad afecta a
todas las categorías y se manifiesta clínicamente por alteraciones en la
marcha. Los animales se observan con incoordinación, debilidad y temblor
muscular, donde el mayor compromiso se ve a nivel de los miembros posteriores. Avanzada
la intoxicación los animales caen y sobreviene la muerte.
Si bien en la bibliografía
internacional describen casos de abortos en bovinos y ovinos, en nuestro país
hasta el momento no se ha diagnosticado. La enfermedad tiende a presentarse con
mayor frecuencia en campos donde el cultivo de maíz se realiza tras otro cultivo
de maíz, ya que el hongo sobrevive en los residuos y la semilla y su
crecimiento se ve favorecido por temperatura fresca y alta humedad durante el
llenado del grano.
Debido a que no existe tratamiento
para esta afección, sólo la observación temprana de la signología clínica
permite retirar los animales del potrero que presenta hongos. Al respecto desde
el INTA Cuenca del Salado los técnicos que vienen abordando la problemática
sugieren “observar mas atentamente a los animales durante los primeros 10 días
de iniciado el consumo y recorrer el maíz diferido o el rastrojo para, en caso
de sospecha, enviar una muestra de espigas para su análisis. Teniendo en cuenta
que el hongo sobrevive en los residuos, también recomiendan realizar la
rotación de cultivos.
En cuanto a las semillas proponen el
“uso de híbridos comerciales que difieren en susceptibilidad a la infección”.
Sin embargo todos presentan signos cuando prevalecen las condiciones favorables
para el crecimiento de hongos.
Dependiendo de la superficie afectada,
una alternativa que proponen los profesionales es “la cosecha del grano o la
confección de silos, siempre que la fermentación sea adecuada. De esta
forma se logra diluir el grano infectado
con el sano antes de usarlo como una alternativa para la alimentación”.
Para mayor información:
EEA Cuenca del
Salado - Rauch. Av. Belgrano 416. Rauch.
Tel.
(02297) 440525
Referente: Med. Vet. Alejandro
Rodriguez.
E-mail: amrodriguez@correo.inta.gov.ar
Fuente de la fotografia: Gladys Clemente.
Laboratorio de Patología Vegetal INTA Balcarce-FCA, UNMdP.