Preparados, listos…
Pautas para el pre servicio. Ver más:
La
región Central de la Provincia de Buenos Aires atravesó un período de sequía,
acentuado en la salida del invierno e inicio de la primavera, que afectó la
disponibilidad de forraje y el estado corporal (EC) de la hacienda en distinta
magnitud.
A
partir del continuo relevamiento de los campos y el análisis de la información
obtenida, un grupo interdisciplinario de técnicos de la Estación Experimental
Cuenca del Salado del INTA han elaborado un material que aporta datos para
planificar el manejo del ganado y las pasturas, contemplando el impacto
climático en la región.
Las
recorridas a campo al final del invierno permitieron determinar que “las
pariciones se desarrollaron sin inconvenientes”. El estado corporal alcanzado
durante el otoño (superior a 3) “se mantuvo a lo largo del invierno, comenzando
a verse afectado negativamente recién después de fines de agosto en aquellos
campos con altas cargas”. Al respecto los técnicos comentan que “a diferencia
de otros años, no se registraron eventos de exceso hídricos que afectasen los
índices de supervivencia de los terneros, como así tampoco se produjeron
fuertes heladas durante el pico de parición”.
En
cuanto a la situación del estado corporal de las hembras bovinas, en los
partidos de Magdalena, Punta Indio, Chascomús, Gral. Belgrano, Lezama, Pila,
Ayacucho, Saladillo, Gral. Alvear y Las Flores el monitoreo de estado corporal
que se realiza en forma sistemática por arte de los técnicos del INTA mostró
que “hacia fines de septiembre los rodeos se encontraban en promedio en una
condición cercana a 3 (escala de 1 al 5), con un 35 % de los animales por
debajo de ese valor”. Por su parte, extensionistas de los partidos de Rauch,
Maipú, Dolores, Azul y Tapalqué informaron que “el estado corporal de las
madres se encontró en promedio en 2,5; valor que debe observarse seriamente de
continuar la baja tasa de crecimiento del forraje.
Las
bajas temperaturas de los meses de julio y agosto (3 grados por debajo de la
media, tanto en el ambiente como en el suelo), la escasez de lluvia de los
meses posteriores, sumado a una menor mineralización de la materia orgánica del
suelo, “generaron condiciones desfavorables para el crecimiento del forraje de
primavera y el rebrote de las especies invernales naturales”. El menor
crecimiento del forraje se manifestó de forma diferente dentro de la Pampa
Deprimida, con foco en el centro sur de la región. En particular, según indican
los técnicos del INTA, “el bajo crecimiento forrajero a fines de septiembre
abarcó aproximadamente el 80 % de la superficie de Tapalqué, Olavarría, General
La Madrid y Laprida”.
Los
profesionales del INTA dan cuenta de la gravedad de la situación, estimando que
“el crecimiento de octubre deberá ser tan alto como para compensar el déficit
acumulado de mayo a septiembre ente tres posibles niveles de carga”, mientras
que “en el caso de las áreas con campo natural, “el crecimiento promedio de los
últimos 18 años alcanzaría superar holgadamente todo el déficit acumulado desde
mayo con una carga de 0,7 E.V/ha”. En cambio, “con una carga de 0,9 apenas se
alcanzaría a cubrir el déficit de igual período si el crecimiento fuese igual
al promedio. Con una carga de 1,1 E.V/ha, ni con el mejor octubre de los
últimos 18 años se podrá cubrir el déficit acumulado”, advierten los técnicos.
En
las áreas con pasturas consociadas, y a pesar de tener el valor de crecimiento
más bajo de los últimos 19 años, “los escenarios forrajeros planteados son
positivos, siempre que en octubre la tasa de crecimiento sea similar al
promedio de los últimos 18 años”. Esto se debe para los especialistas al “mayor
potencial productivo que presenta este recurso forrajero respecto de los dos
anteriores”.
Sugerencias
para el manejo:
Frente
a las condiciones dadas que se reflejan con el análisis de la información
recogida en los campos de la región los profesionales de la Estación
Experimental Cuenca del Salado proponen un plan de acción basado en diferentes
herramientas de manejo, tanto del ganado como de los recursos forrajeros.
La
reducción en la tasa de crecimiento al inicio de la primavera, “conlleva un
incremento de la carga instantánea en forma indirecta, señalan los técnicos del
INTA, por lo que “en función de la baja tasa de crecimiento y de las
diferencias en la asignación de la carga en los campos y el manejo del pastoreo
es posible encontrar distintas situaciones que tendrán distinta capacidad de
respuesta de mejorar la disponibilidad hídrica”.
En
los meses venideros los campos deben recomponer su disponibilidad de forraje,
siendo especialmente importante no solo la cantidad sino la calidad para
afrontar adecuadamente la lactancia de los terneros y posteriormente el nuevo
servicio. Siendo que la disponibilidad forrajera actual está por debajo de lo
esperado como valor medio para la época, resulta fundamental realizar un
análisis de situación de cada campo en particular, realizando una estimación o
cuantificación de nuestros recursos disponibles y compararla con la demanda de cada
rodeo. Asimismo es oportuno realizar un balance forrajero y ver si la situación
forrajera será la adecuada para afrontar el servicio en las zonas más
afectadas. Pero también los profesionales del INTA señalan la importancia que “aquellas
zonas donde la sequía no ha sido de tanta magnitud se evalúe si habrá exceso de
forraje, como debería darse en primavera, para generar reservas para el
invierno venidero”.
Herramientas
para afrontar el próximo servicio:
La
estrategia de manejo por parte de los profesionales del INTA propone “clasificar
la oferta de forraje presente caracterizando cada uno de los potreros y
establecer un orden en función de cantidad y calidad de forraje”, como también
“clasificar la demanda de forraje caracterizando el estado corporal de las
madres, registrando qué proporción del rodeo se encuentra por debajo del estado
corporal 3” (punto crítico en escala 1:5 para lograr buenas preñeces).
Además
sugieren “observar si hay grupos que justifiquen un manejo nutricional
diferenciado”, para en los lotes con estado
corporal mayor a 3 adelantar el servicio para preñar las vacas si el forraje se
está acabando y en los Lotes con estado corporal menor a 3 evaluar alternativas
para mejorar estado corporal y estimular la ciclicidad”.
El
ajuste de carga es otras de las maniobras que puede producirse actuando sobre
la demanda de forraje, modificando el número de animales, o reduciendo sus
requerimientos. Para ello los técnicos del INTA proponen “considerar como
posibilidades “reasignar el número y categoría de animales en función de los
requerimientos y de la aptitud de cada potrero” y en caso de que se haya armado
lotes por condición corporal “se debería definir a que grupo priorizar para
usar los potreros con más disponibilidad” (Opción1: a las madres en mejor
estado para que lo mantengan; Opción 2: a las madres en estado intermedio para
que lo mejoren).
Destetar
en forma anticipada, aspecto que reducirá los requerimientos al reducir la
duración de la lactancia, es otra medida que se puede tomar. Para tal fin existen
distintas estrategias, pudiendo considerarse desde el destete total hasta el
uso de destetadores. En este punto una alternativa que surge a partir del uso
de ecógrafos, es realizar un diagnóstico para detectar actividad ovárica a
mediados de diciembre, seleccionando para destetar sólo las vacas que no
manifiestan actividad. De este modo se reduce el número de animales destetados
y su consecuente costo.
La
evaluación del estado corporal de manera continua es una acción importante,
como también “reevaluar la fecha de servicio para, si la mayor parte del rodeo
todavía presenta estado corporal cercano a 3, considerar iniciar el servicio
temprano (en octubre si habitualmente se lo hace en noviembre) de modo de
aprovechar el buen estado y la manifestación de celo.
La
observación permanente, incrementando la frecuencia de recorrida durante los
servicios evaluando la actividad sexual del rodeo (estimando la proporción de
hembras que conformaran la cabeza, cuerpo y cola de parición) es de gran
importancia. De ese modo se puede “asegurar un adecuado nivel sanitario del
rodeo, la presencia de parásitos externos (piojos y sarna), como así también
los parásitos internos en especial los gastrointestinales que afectan
notoriamente el estado corporal, teniendo esto repercusión en la manifestación
de los celos y el % de preñez”.
En
cuanto a los recursos para la nutrición los técnicos del INTA sugieren “considerar
la compra de alimento teniendo en cuenta que la calidad y cantidad del mismo
condicionará la respuesta esperada”. A su vez, la ración “deberá variar en base
a la disponibilidad forrajera”. Por otro lado señalan que “los requerimientos
energéticos varían por evolución del estado fisiológico, producción de leche o
avance de la preñez”, por lo que, en orden de prioridad, debería considerarse “en
primer término a las vacas de primera parición, las vacas multíparas y por
último las vaquillonas de reposición”, “realizando una adaptación progresiva a
la nueva dieta, para evitar trastornos digestivos y ante cualquier duda,
consultar a un profesional de confianza”.
Como
parte del negocio y atendiendo a la disponibilidad forrajera otra alternativa
es “vender animales improductivos”.
Para
mayor información:
EEA Cuenca del
Salado INTA Rauch.
Av. Belgrano
416 | Tel. (02297) 440525
Referente: Ing.
Agr. Ernesto Juan Maletti. Director EEA Cuenca del Salado.
E-mail:
Maletti.ernesto@inta.gob.ar
Referentes: Esteban Melani | José
Otondo | Med. Vet. MSC Alejandro Rodriguez | Ariela Cesa | José Otondo | Gustavo Melani |
Irisarri, G. Oyarzabal, M. Laboratorio
de análisis regional y teledetección FAUBA-CONICET