Preparados,
listos…
Elección
del momento adecuado para la siembra.
La
necesidad de contar con una mayor oferta y estabilidad forrajera, ha venido
fomentando las pasturas perennes en los sistemas ganaderos de la Cuenca del
Salado bonaerense. La siembra
de pasturas como base para la producción ganadera brindando cobertura al suelo
todo el año, con un mayor aprovechamiento de luz, agua y nutrientes que son
transformados en forraje, de ese modo se ha constituido en una de las principales
herramientas con las que cuentan los productores pecuarios.
En
cuanto al interrogante de ¿porque pasturas y no verdeos? Los profesionales
explican que “los verdeos
brindan una producción intensa de forraje en un momento puntual del año, más
invernal (verdeos de invierno) o estival
(verdeos de verano)”. Sin
embrago, “está el riesgo y costo todo los años de lograr una buena siembra e
implantación”. Además los verdeos “dejan el lote descubierto al finalizar su
ciclo, aumentando el riesgo de enmalezamiento y posible erosión”.
“Las
pasturas, forrajeras perennes, son especies que se siembran y durarán 4 o 5 o
más años, mantienen el suelo cubierto todo el año. Por esto, logran un mayor
desarrollo radicular que facilita una más eficiente extracción de agua y
nutrientes del suelo, y devuelven materia orgánica esencial para mantener la
calidad del mismo”.
La
producción de forraje “presenta picos de producción en distintos momentos del
año según la especie, pero podemos incrementar el crecimiento en alguna estación
a través de una fertilización estratégica”.
“La
cadena forrajera que ofrece forraje todo el año se sustenta en recursos
perennes como campo natural junto con las pasturas cultivadas, y a estos
recursos habrá que acompañar con verdeos en una menor proporción para los
momento puntales de baches forrajeros” indican los técnicos del INTA Cuenca del
Salado.
Ante el
creciente interés de los productores por contar con disponibilidad de pasturas, desde la Estación Experimental del
INTA Cuenca del Salado se impulsan ensayos y trabajos técnicos que permiten
obtener información y mejorar el manejo. Al respecto, según explican los
técnicos del Instituto de Tecnología Agropecuaria, dado que “al sembrar una pastura existen factores
que condicionan los resultados, los ensayos buscan la eficiencia a partir de la
correcta elección del cultivar, las especies de la mezcla, el sistema de siembra,
la adecuada fertilización, el control de malezas e insectos y especialmente de la fecha de
siembra”.
Los
técnicos de INTA señalan que “antes de arrancar con la preparación del lote y
el pedido de semillas es importante plantearse ¿Porque sembramos? Y ¿Cuando nos
hace falta pasto?”
Paso a paso:
Para
lograr la siembra de pasturas con éxito los profesionales indican una serie de
pautas a tener en cuenta, comenzando por la elección de la especie.
La
elección de especie o mezcla “debe contemplar
la necesidad de forraje en la cadena forrajera y el ambiente-relieve del lote”.
Hay más de una especie por ambiente con diferentes estacionalidades. “El
cultivo monofítico facilita la siembra y manejo posterior”. En las mezclas “es
recomendable no agregar más de 3 especies”, y según advierten los técnicos
“nunca agregar verdeos a la mezcla, puesto que se corre el riesgo de que la
rapidez de crecimiento de las especies anuales compita con agua luz y
nutrientes a las especies perennes, determinando una pastura rala al primer año”.
Otro
aspecto de gran importancia es la elección
y preparación del lote. Esta “debe ser anticipada para poder lograr un muy
buen control de malezas, además de la acumulación de agua y mineralización de
nutrientes”. El control de malezas es un punto clave en la siembra de pasturas,
dado que el control posterior suele ser muy costoso y poco eficiente. Al
respecto los técnicos sugieren “realizar labranza cero o mínima, dado que la
fragilidad de los suelos motivará la falta de piso posteriormente”.
En
cuanto al sistema y tipo de siembra,
según los técnicos del INTA “lo más adecuado es utilizar sembradora de directa
en líneas a 17,5cm.”, recomendando “enterrar la semilla sólo 2 veces su tamaño”.
Tanto
la calidad de semilla como la densidad de siembra son otros de los
factores a considerar y para ello es importante “exigir semilla de calidad,
realizar análisis de calidad, calcular la densidad de siembra según análisis de
calidad o membrete.
Sobre las semillas peleteadas el peso unitario de la semilla incrementa por la cubierta, los técnicos advierten que “resulta menor la cantidad de semillas viables por kilo, en consecuencia se debe aumentar la densidad de siembra”.
La
Época de siembra sugerida es a principios
de marzo, dado que “las plantas necesitan temperatura para crecer y con calor
superan rápidamente las etapas de germinación y emergencia, lográndose de este
modo la implantación antes del invierno, con un buen sistema radicular que le
permitirá luego afrontar las sequías del primer verano”.
Y
además los técnicos del INTA Cuenca del Salado indican que “un atraso en la
fecha de siembra, implica demoras en el primer pastoreo y un menor
aprovechamiento el año de implantación”.
A
modo de ejemplo el cuadro demuestra “los meses del año y temperatura media
mensual del Partido bonaerense de Rauch, indicando posibles fechas de siembra de
festuca (semilla en marrón), y momentos de pastoreo durante el año de
implantación simbolizados con el pasto (con línea verde primera utilización,
con línea azul rebrotes).
La
Fertilización con fosforo (P) y
nitrógeno (N) es una herramienta de manejo para mejorar la productividad. Al
respecto los técnicos del INTA Cuenca del Salado indican que “la fertilización
fosforada a la siembra permite cubrir deficiencias del suelo. Dosis de fosforo
a la siembra e incorporado de 80 a 100kg/ha de fosfato diamónico o superfosfato
triple son adecuadas en suelos de la Cuenca del Salado que poseen con <5ppm
P” (Chequear con análisis de suelo). Una vez implantada la pastura “se puede
agregar nitrógeno según la necesidad de forraje extra. La fertilización
nitrogenada debe ser aplicada en franjas en el lote con diferentes dosis, para
facilitar que la planta transforme en hojas y macollos el nutriente y se llegue
a pastorear sin que se pase la pastura”.
Para
el uso de las pasturas “el primer
pastoreo debe ser realizado al macollaje, teniendo en cuenta anclaje-enraizamiento
y piso del lote” (simulando la lengua del ganado sobre el pasto para chequear
el anclaje) y en esta instancia los técnicos del INTA Cuenca del Salado
proponen “realizar un pastoreo liviano de despunte”, dado que con esta práctica
se logran más macollaje y cobertura en contra de la formación de matas”.
EEA Cuenca del Salado. AER Rauch. Área de Producción
vegetal.
Av. Belgrano
Nº416, Rauch. Tel/Fax. (02297)
442206
E-mail: borrajo.celina@inta.gob.ar
Referente: Ing.
Agr. Celina Borrajo.