Hay un plan
Proyección de la producción y uso del recurso pastoril.
Puesto
que la alimentación es la base de la actividad ganadera, planificar para no
quedarse sin pasto, o lograr optimizar el uso de los recursos forrajeros es una
tarea imprescindible.
“La Planificación Forrajera se utiliza para
proyectar la producción y utilización del recurso forrajero, en función de la
unidad de producción y de la composición del rodeo”. Se trata de “un conjunto
de planes forrajeros para el corto, mediano y largo plazo y consiste en la
previsión, en el tiempo, del balance entre la oferta alimenticia y la demanda
ganadera, explican los técnicos de la Estación Experimental Cuenca del Salado
del INTA, quienes trabajan en alternativas de manejo para los campos de la
región.
La
Planificación, Presupuestación o Balance Forrajero “tiene como objetivo
principal lograr la mejor relación entre la producción de forraje (oferta) y
los requerimientos de las distintas categorías de animales del rodeo a lo largo
del año (demanda).
Desde el punto de vista de la Oferta de
alimento, lo que se debe conocer es “la superficie y producción estimada de
pasturas, verdeos y pastizales disponibles; la eficiencia del aprovechamiento
que pueda lograrse de ellos y la disponibilidad de forrajes conservados (henos,
silajes) y de concentrados (granos, balanceados”. La Demanda “debe ser calculada sobre la cantidad
de animales, la categoría animal y los requerimientos según el tipo y los
objetivo de producción”.
Según los
técnicos el INTA Cuenca del Salado “el planteo forrajero debe describir la
potencialidad de los recursos disponibles, y el planteo ganadero debe describir, con realidad, las posibilidades de producción”.
El balance toma
particular importancia en la formulación del modelo de decisión y debe ser
correctamente valuado para cada variación de carga animal o superficie de
recurso planteado.
Para su
realización “se requieren una serie de datos relacionados con la disponibilidad
de forraje de cada recurso según la época del año y con los requerimientos de
las distintas categorías de animales durante el año”. La principal ventaja,
según los profesionales, es “la simplicidad del sistema utilizado, que permite
trabajar con datos obtenidos a campo”.
Al respecto los
técnicos comentan que “se han ideado métodos simplificados, cuyo uso en la
práctica permite trabajar en forma muy aproximada a la realidad”.
El dato de la
carga animal permite la comparación de distintos establecimientos con rodeos de
composición muy diferente y la planificación del uso de los recursos
forrajeros, o lo que es lo mismo, saber de antemano y con cierta aproximación
si los requerimientos del rodeo en determinado momento, pueden o no ser
cubiertos con los recursos con que se cuenta. Para ello se deberá conocer en
cada zona y para cada tipo de recurso forrajero la receptividad mensual
expresada en una misma medida: Equivalente Vaca.
“Lo que se
denomina Unidad Vaca o Equivalente Vaca (E.V.) es el promedio anual de los
requerimientos de una Vaca de 400
kg de peso, que gesta y cría un ternero hasta el destete
a los 6 meses de edad con 160
kg de peso, incluido el forraje consumido por el ternero”.
Equivale también “a los requerimientos de un Novillo de 410 kilogramos de peso
que aumenta 500 gramos diarios, lo que según explican los profesionales del
INTA “representa en términos de energía 18,54 megacalorías
de Energía Metabolizable”.
Por otra parte,
“es necesario calcular la capacidad de los distintos alimentos disponibles para
cubrir las necesidades de los Equivalente Vaca”. Es decir, cuántos animales, de
qué tipo y con qué ganancia diaria se pueden alimentar con una determinada
cantidad de un determinado alimento.
Esto se
relaciona con la Ración, es decir “la cantidad de alimento que satisface los
requerimientos de 1 Equivalente Vaca
por día.
“Los conceptos
de Equivalente Vaca y de Ración están estrechamente relacionados”, explican los
profesionales del INTA, siendo su diferencia sólo conceptual, pues “mientras Equivalente
Vaca mide los requerimientos de los animales, Ración indica la capacidad del alimento para satisfacer esas necesidades”.
Las raciones
que aportan algunos de los alimentos más comunes, sobre todo granos, henos y
silajes, se encuentran tabuladas. En cambio, pasturas, verdeos, pastizales,
rastrojos y forrajes diferidos no lo están, ya que están relacionados con la
zona, tipo de suelo, manejo, clima, etc., que hace que en cada caso se obtengan
valores diferentes.
En
consecuencia, “las tablas indicativas referidas a los forrajes deben indicar a qué
zona corresponde y quien las obtuvo. Pueden o no ser extrapolables a otras
zonas, o pueden ser usadas como base para ir corrigiéndolas en varios años con
los datos obtenidos en cada campo o zona”.
Para
mejorar su eficiencia la ganadería debe contar con una correcta oferta
forrajera, capaz de brindar calidad nutritiva a la dieta de los rodeos. Este
objetivo que suele verse amenazado por factores climáticos que afecten la
producción de forrajes, puede atenuarse con el replanteo de los cálculos de la
demanda nutricional de los animales previstos por la planificación forrajera,
apelando a diferentes estrategias de manejo, evitando de ese modo los
desequilibrios.
Para
mayor información:
EEA Cuenca del Salado. AER Azul.
Av. Perón 1015 (7300), Azul
Tel/Fax. (2281) 424760
E-mail: aerazul@inta.gob.ar
Ing. Agr. Mariano Benjamín de la Vega