Nutrición animal

PELIGRO FESTUCA
Pautas de manejo y consumo de la gramínea

La festuca alta (Festuca arundinácea) de crecimiento otoño invierno primaveral, con cualidades nutricionales difíciles de superar por otra forrajera, se adapta a diferentes suelos y resiste el pisoteo por lo que es un recurso forrajero ampliamente utilizado en la cría bovina en provincia de Buenos Aires debido a su buena promoción natural.


Esta gramínea forrajera “se encuentra parasitada por el hongo Acremonium Coenophialum (Epichloe Coenophialum) con el que potencia todas sus virtudes”, es decir que “la hace más productiva, resistente y perenne”. El hongo que se puede detectar mediante un simple análisis de tejidos afectados en la planta, “cumple su fase asexual en los espacios intercelulares de tejidos vegetativos y reproductivos de la festuca y se transmite de generación en generación a través de sus semillas” (transmisión vertical).

Desde el punto de vista sanitario, más allá de los beneficios que brinda el hongo a la planta, provoca la intoxicación del ganado, con importantes pérdidas productivas, dependiendo del grado de infección de la pastura”.

Según explican los profesionales de la de la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA que han impulsado trabajos sobre el “consumo de festuca tóxica en vacas de cría, “en los animales el hongo metaboliza sustancias tóxicas (ergoalcaloides) que tienen acción similar a la adrenalina y dopamina alterando su sistema nervioso, circulatorio y reproductivo”.

El animal presenta dos síndromes característicos siendo el “asoleamiento” o síndrome de verano, el más conocido. En éste “se potencian la acción de la toxina liberada por el hongo con el calor estacional”, produciéndose una disfunción en la termorregulación y dificultad para eliminar el calor”. Los animales se refugian a la sombra o se meten al agua en los bajos para amortiguar la alta temperatura corporal. Si por alguna maniobra de manejo o sanitaria son movidos se observa agitación, babeo y pueden morir en la maniobra o durante el encierre. En estos casos “se registra además menor producción láctea, menor ganancia de peso, menor peso al destete, disminución de la producción de espermatozoides pérdida embrionaria e inmunosupresión”.

La ergovalina es la principal toxina entre los ergoalcaloides presentes en la festuca infectada, durante el estado reproductivo se potencia aumentando hasta diez veces en inflorescencias y semilla comparada con el resto de la planta. En estas situaciones, los técnicos del INTA comentan que “el manejo podría jugar un rol importante para variar la concentración de la toxina, si se logra eliminar la formación de macollos reproductivos”. La concentración de ergoalcaloides en festucas toxicas se incrementa también con la fertilización nitrogenada y el déficit hídrico. El síndrome de invierno o “pie de festuca” que se caracteriza por vasoconstricción periférica con estrangulamiento y pérdida de las extremidades de los miembros o la punta de la cola, es más difícil de ver.

En cuanto a la propagación de la contaminación en la festuca los especialistas del INTA Cuenca del Salado señalan que puede deberse a “un inadecuado manejo del pastoreo en primavera que provoca la resiembra natural de potreros invadidos por festuca tóxica, a la dispersión de semillas por suplementación con rollos confeccionados con festuca infectada o de semilla infectada con maquinaria agrícola o por heces de animales”. También “el rebrote de rizomas de plantas infectadas o los lotes destinados a siembra de pasturas que contienen semillas de festuca infectada en el suelo, como la inmigración y resiembra de plantas tóxicas en la pastura sana pueden provocar la infección.

Las diferentes formas de contaminación enumeradas “provocan la infestación de pasturas libres y ocasiona su diseminación en pasturas sembradas libres del hongo endófito”. Las pasturas puras o consociadas sembradas con semilla libre de hongo “permiten por sus características de productividad, rusticidad y perennidad ser un reaseguro para los establecimientos ganaderos frente a condiciones climáticas poco propicias para el crecimiento”, explican los profesionales del INTA.

Entre las alternativas de manejo que permiten evitar o disminuir la posibilidad de intoxicación de los animales por consumo de festucas contaminadas, los técnicos del INTA comentan que “la más utilizada y recomendada desde el punto de vista de la sanidad animal es la utilización de festuca con festucosis entre los meses de abril a septiembre, debiendo retirar los animales en octubre evitando así las mayores temperaturas y el aumento en la concentración de toxinas en las plantas”. Este manejo de festucas tóxicas, “si bien limita la posibilidad de intoxicación del animal, contribuye a la dispersión de la festucosis” dado que favorece el desarrollo de la planta y la multiplicación de semillas infectadas con el hongo, por lo que los técnicos sugieren “realizar un corte en noviembre (henificado) para minimizar el semillado”.

Como estrategias para enfrentar la problemática “se están realizando evaluaciones en vacas preñadas para cuantificar el impacto negativo en el desarrollo fetal de los terneros” comentan los Técnicos del INTA. Además “existen ensayos de inter-siembra de otra forrajera para provocar un efecto de dilución de la toxina (se desarrollan nuevos ensayos con inter-siembra de leguminosas).

La rotación, eliminando la festuca toxica con 3 años de cultivos para destruir el banco de semillas, y sembrar una pastura sana es otra de las alternativas que los profesionales de la Experimental Cuenca del Salado.

Frente a la existencia de hongos en la festuca los profesionales del INTA sugieren “realizar análisis de laboratorio para determinar el grado de infestación del hongo en el lote, en caso de tener un alto grado (mayor al 50% de infestación) se pueden realizar usos estratégicos para reducir sus efectos como son la clausura del lote, corte de limpieza/rollos o pastoreos periódicos (7 días) rotando con potreros libres”.

Las “Buenas Prácticas de Manejo de Pasturas, BPM”, son una herramienta básica y efectiva cuyo “ideal para mantener productiva y con alta calidad una pastura de festuca, es el pastoreo en estado vegetativo”, mientras que, en agosto es importante realizar un “control temprano de la floración”, mediante un pastoreo intenso.

Además los técnicos proponen “usar semilla fiscalizada en la implantación de la pastura”, “controlar el banco de festuca tóxica del suelo previo a la siembra y las diferentes formas de dispersión de semillas”. También sugieren “observar los animales para tomar adoptar medidas ante la presentación de síntomas y “utilizar las buenas prácticas de manejo de pasturas con control temprano de la floración (agosto-septiembre) para eliminar la floración de festuca”.

Para mayor información:
Cuenca Norte CT – Chascomús.  Mitre 202. Chascomús.
Tel. (02241) 436690
Referentes: Med. Vet. Federico Plorutti    
E-mail: plorutti.federico@inta.gob.ar
Referentes de investigación: Lucas R. Petigrosso | Mabel N. Colabelli | Osvaldo N. Fernandez | Jorge A. Castaño.