A prueba
Evaluación
de verdeos de invierno para silajes
Los
sistemas ganaderos del centro de la provincia de Buenos Aires se encuentran en
un proceso de conversión hacia ciclo completo, con mayores exigencias en la
calidad de las reservas forrajeras.
Ante
esos requerimientos y en un ambiente con gran variabilidad climática que pone
en riesgo la producción de los cultivos estivales, desde la Estación
Experimental Cuenca del Salado del INTA se están evaluando alternativas para la
planificación nutricional de los rodeos en los cereales de invierno, cuya época
de cultivo presenta mayor estabilidad ante el incremento de las
precipitaciones.
Según
explican los técnicos del INTA “los
cereales de invierno más relevantes para la producción de forrajes (directo o
conservado) en esta zona son la avena, la cebada y el trigo, aunque existen
otras especies factibles de ser utilizadas para tal fin como el centeno, el
triticale y el alpiste”.
Tradicionalmente “los cereales como la
avena, el centeno, el triticale y el alpiste se destinan a lotes de baja
fertilidad o se realizan con un nivel tecnológico menor al del trigo y la
cebada”, por lo que gran parte de las comparaciones terminan siendo visiadas.
Con el fin de comparar en un mismo
ambiente la producción de materia seca y la composición morfológica (que puede
afectar la calidad nutricional del forraje) y la calidad de los silajes de
diferentes gramíneas de invierno factibles de ser utilizadas para la producción
de forrajes en el partido bonaerense de Azul, referentes de la Facultad de
Agronomía de la UNICEN y de la Agencia de
Extensión Rural Azul de la Estación Experimental Cuenca del Salado del
INTA impulsaron un trabajo conjunto.
Para
el ensayo realizado en la chacra experimental de la unidad académica “se
sembraron cinco cereales de invierno a mediados del mes de julio, bajo labranza
convencional”, fertilizado a la siembra con 139kg/ha de fosfato diamónico y con
200 kg de N/ha en macollaje. Los cultivos estuvieron libres de malezas y plagas
durante todo el ciclo.
Los cereales evaluados fueron Cebada variedad
Scalet, Avena
variedad Calén, Centeno
variedad Emilio, Triticale
variedad Oma y Alpiste
variedad Togo.
La cosecha se realizó a fines de noviembre en
estado de grano pastoso-duro. Para la evaluación “se cortó una superficie del
centro de la parcela. El material cortado se recolectó y peso en fresco. Se
separaron 3 muestras, una se llevó a estufa para determinar contenido de
materia seca” comentan los técnicos a cargo del ensayo. La segunda muestra “se
reservó para luego realizar la separación en inflorecencias (panoja o espigas),
hojas y tallo y calcular la proporción (porcentaje) de cada componente en la
materia seca total”. La tercera muestra “se picó para la
confección de los microsilos, realizados con tubos de PVC de 10 cm2
de diámetro y 50 cm de largo, compactando el material para obtener una densidad
de 225 kg MS/m3”.
Los silos se
abrieron a los 60 días de la confección y de cada uno se extrajo una muestra
para medir su pH, analizando además la proteína bruta (PB, determinación de N
* 6,25); Fibra en
detergente neutro (FDN); Digestibilidad (Dig. in vitro de la MS,) y Almidón (Alm).
Análisis de resultados:
Los
resultados obtenidos de producción y composición morfológica dan cuenta que “la
producción de materia seca no varió significativamente entre avena y cebada,
así como tampoco el % de hoja, tallo e inflorecencia y espiga, siendo esta
última, la de mayor % comparada con el resto de las especies”. “El centeno y el
triticale mostraron la mayor producción de MS y similar % de tallo y espiga
pero variaron significativamente en el % de hoja, siendo el centeno la especie
invernal con menor proporción de hoja”.
El
alpiste “mostró la menor producción de MS de las 5 especies pero es el que
presentó mayor % de hoja”, indican los técnicos.
En
cuanto a la calidad los resultados de los silajes “presentaron un valor de pH
similar, en promedio de 4,6. Este valor
permitiría mantener una conservación adecuada del silaje, evitando pérdidas y
pudrición del material. La proteína bruta se mantuvo
en un rango de 10,8 a 12,4%, sin diferencias significativas entre los silajes”.
Los silajes de avena y cebada “presentaron menor concentración de Fibra en detergente neutro que el
silaje de centeno y de triticale (p<0,05). Mientras que, el silaje de
alpiste presentó un valor intermedio. Los valores obtenidos de Fibra en detergente neutro en todos
los silajes se encuentran dentro del rango de valores informados en la
bibliografía”.
En relación con los valores de Fibra en detergente neutro, “la
digestibilidad fue mayor en el silaje de cebada, intermedia en el de avena y
alpiste y menor en el de centeno y de triticale. El silaje de cebada presentó
el mayor contenido de almidón, sin diferencias significativas entre el resto de
los silajes 4,63 % vs 1,01 %”.
El
rendimiento de Materia seca digestible
por hectárea, variable que combina rendimiento con calidad, “fue mayor para
cebada (7852 kg Materia Seca digestible/ha) intermedio para triticale centeno y
avena (en promedio 6681 kg Materia Seca digestible/ha) y menor para el alpiste (4537 kg Materia Seca
digestible/ha)”.
Con el
trabajo los técnicos
pudieron determinar que “la producción de Forraje (medido en kg/MS/ha) de los 5
cereales obtenida se encuentran por encima de los obtenidos en sistemas de
producción reales”, hecho que demuestra el alto potencial de rendimiento que tienen
estos cultivos cuando son fertilizados. Este aspecto “es muy importante cuando
el cultivo se destina a silaje”, indican los profesionales del INTA, ya que
“con altas producciones de materia seca se diluyen en gran medida los costos de
la contratación de los servicios para confección de esta reserva”, siempre que
“el mayor rendimiento sea acompañado por buena calidad nutritiva”.
Las plantas de cebada y avena “mostraron
mayor relación inflorecencia/planta entera”, una variable que incide
fuertemente en la calidad de la reserva ya que el grano es el componente de
mayor calidad de la planta siendo la digestibilidad del almidón mayor al 90%,
mientras que el tallo y las hojas son de calidad más variable que depende de la
rapidez con que se degrada y del tiempo que el silaje permanece en el rumen”.
En cuanto al silaje de cebada “se
destacó por su mayor digestibilidad, que se correspondió con el mayor
porcentaje de Almidón y menor contenido de fibra”.
Por lo observado, los referentes a cargo
del ensayo concluyen que “La buena producción de forraje y la calidad de los
silajes de planta entera de cereales de invierno se presentan como una
opción válida para los sistemas mixtos agrícola - ganaderos del centro de la
provincia de Buenos Aires.
Destacándose
la cebada debido a que alcanzo
un interesante rinde con una buena calidad nutritiva de sus silajes y es uno de
los primeros cultivos que alcanza el grado de madurez optimó para silaje,
liberando temprano el lote.
Para
mayor información:
EEA Cuenca del Salado. AER Azul. Área de Producción
Animal.
Av. Peron 1015, Azul.
Tel/Fax. (02281) 4424760
Referentes: María
Agustina Ressia | Valeria Doncelli | Francisco Caldentey (INTA). Laura Lázaro |
Maximiliano Cogliatti (Facultad de Agronomía UNICEN)
E-mail: ressia.maria@inta.gob.ar