Ensayos contra el duraznillo blanco
El Duraznillo Blanco (Solanum glaucophylum) es una planta
perenne, que cumple su ciclo desde la primavera al otoño y permanece inactiva,
sin hojas, en invierno. Comienza su rebrote, dependiendo de la temperatura, a
partir de Septiembre. A partir de diciembre comienza su floración y fructifica
a partir de los meses de febrero o marzo. Estas fases son muy dependientes de
las condiciones ambientales, temperatura y disponibilidad de humedad. En
algunos casos, como sequías extremas o temperaturas por debajo de lo normal, no
florece ni fructifica.
En vista del progresivo aumento del problema en la zona en
la que realizan su tarea, técnicos de la Estación Experimental Cuenca del
Salado del INTA han impulsado un trabajo comparativo con diferentes
tratamientos para controlar la situación.
Haciendo seguimientos en campos de productores que toman
esta tecnología y deciden controlar la maleza en algunos potreros, los
profesionales del INTA partieron de la base de que el duraznillo blanco ha sido
reconocido como causante de la enfermedad “Enteque seco” hace muchos años y
“desde el año 2000, la forma de controlar la planta con la aplicación selectiva
de herbicida ha permitido disminuir su población en un 80 % en los campos de la
región”.
El control químico de esta planta característica de la Cuenca del salado es
dificultoso por las propias características de la planta, ya que su cubierta
serosa impide la penetración de los herbicidas y sus órganos de reservas de
gran extensión hacen que sea muy difícil llegar a todos los sitios de
crecimiento y lugares donde coloniza. Por ese motivo los técnicos de la
Experimental Cuenca del Salado han avanzado en el desarrollo experimental de
una máquina aplicadora a botalón de alfombra, de sencillo diseño que “puede
montarse y trabaja en la caja de una camioneta”.
Como parte del proceso de pruebas al que está siendo
sometido el equipo se han realizado prácticas de aplicación en un
establecimiento ubicado al margen de la laguna Yamahuida, en el partido de
Maipú. Dando respuesta a la inquietud de los propietarios por el avance del
duraznillo en el campo, el grupo de extensión de INTA Maipú puso a disposición su
propio equipo para realizar el control. Posteriormente los propietarios
hicieron construir un equipo propio con el cual se terminó de cubrir una
superficie aproximada de 300 hectáreas.
“Para tener un dato exacto del control realizado se
marcaron 4 transectas fijas de 50 metros de largo sobre las que se contó la
cantidad de plantas de duraznillo en un ancho de 65 centímetros” explican los
profesionales del INTA al describir el trabajo a campo realizado. Las líneas
fijas marcadas “se ubicaron con un GPS y se dejaron identificadas con estacas.
Para el control se utilizó la mezcla probada por INTA de Glifosato al 33 %”, es
decir en 100 litros de mezcla se incorporan 33 litros de glifosato y 67 litros de
agua. “El control comenzó a mediados de marzo del 2019 y culminó al cabo de un mes.
Se reguló la máquina para que lograra un buen mojado de las plantas y no
goteara la mezcla sobre el forraje”. Al
momento de la aplicación “el duraznillo mostraba hojas suficientes y también
signos de marchitamiento en las hojas más viejas. No se veían plantas
florecidas o fructificadas en cantidad. En cuanto al clima de ese momento sus
condiciones de humedad y temperatura eran normales” describen los técnicos.
En el mes de diciembre se realizaron nuevamente las mediciones
correspondientes al primer rebrote, para contabilizar la cantidad de plantas
vivas en ese momento. “Si bien no se dejaron testigos en el mismo lote, la diferencia
entre lotes tratados y no tratados en otros potreros fue notable”
Con los ensayos realizados los referentes del INTA comentan
que “se notó un mejor control en la transecta que tuvo un corte previo”(82 %) resultado
que se ha repetido en otros campos donde se buscó bajar la altura de las plantas”.
Este corte, según los profesionales, “provoca además que la planta rebrote en
forma uniforme y con más hoja lo que permite un mejor mojado”. Asimismo, al ir
más abajo el equipo, permite controlar las plantas más chicas.
En el resto de los potreros tratados se registró una
situación similar, con muy buen control (73 % en promedio) y baja de la
población original. El resultado final del control podrá medirse el mes de
Marzo, cuando se realice un nuevo recuento y se analice la necesidad de repasar
el potrero.
Los técnicos a cargo del ensayo describen el método de
control utilizado como “altamente efectivo”, dado que permite disminuir la
población de una maleza que provoca una enfermedad altamente nociva en los
campos de cría de la Cuenca del Salado y la región.
Para mayor información:
EEA
Cuenca del Salado. INTA Maipú. Belgrano y Paysandú
Tel:
02268- 430553.
Referentes:
Ing. Agr. Marcelo Bracco | Referente: Ing. Agr. Juan Daniel Coria.