Amor de primavera
Talleres
de planificación y construcción de huertas
La
llegada de la primavera invita a pensar en la producción de alimentos sanos y
saludables en la casa. Como actividad para el autoconsumo de hortalizas de
estación o para la producción comercial, la huerta es un espacio para el
desarrollo social y productivo.
Con
el fin de contribuir al fortalecimiento y difusión de la economía social con
énfasis en la agricultura familiar, desde el INTA Cuenca del Salado se acompaña
a los pequeños productores en el manejo de las huertas para agregar valor a su
trabajo mediante la producción de hortalizas frescas, lombricompuesto,
plantines, aromáticas y ornamentales.
Como
aportes para lograr cultivos fuertes en un entorno
productivo de perfil agroecológico y de ese modo asegurar la producción
de hortalizas y verduras durante todo el año, los técnicos del INTA sugieren pautas de manejo que contemplan la
preparación del suelo, la elección de especies adecuadas para esta época del
año y un cuidado acorde a la demanda de cada una de ellas.
Para asegurarse el éxito de las hortalizas los profesionales indican que
“es importante considerar el estado nutricional del suelo y la incorporación
del compost, lombricompuesto o algún estiércol (puede ser de gallina, caballo,
vaca, conejo ya que se pueden encontrar con facilidad debido a su abundancia en
la zona), previo a la siembra, como estrategia fundamental para restituir y
mantener la fertilidad del suelo”. De esta manera, “se proporciona a la planta
una nutrición equilibrada y un rápido crecimiento inicial”.
“En
primavera es una estación ideal para poner en marcha la huerta y para ello el
comienzo de la siembra se estima para cuando ya no haya riesgos de heladas”
indican los técnicos de la Estación Experimental Cuenca del Salado como
primera sugerencia de una serie de pautas que permitirán hacer un manejo
eficiente de las diferentes especies.
El período primavera-verano “se destaca por la disponibilidad de luz
solar, una condición indispensable para que crezcan las hortalizas de fruto
como zapallo, zapallito, pepino, sandía, melón, tomate, berenjena, pimiento,
poroto y maíz. Además, prosperan otras especies como albahaca, achicoria,
rúcula, acelga, lechuga, batata y papa”. Por lo tanto, “a las especies que
requieren trasplante como tomate, pimiento y berenjena conviene llevarlas a la
huerta recién a partir de octubre, cuando se haya ido el frío intenso”.
Las hortalizas de época “necesitan calor y sol para un crecimiento
saludable. La demanda de intensidad de luz depende del tipo de hortalizas”. Las
de fruto son las más exigentes y se ubican en la zona más soleada de la huerta,
mientras que las de raíz y hoja se adaptan a un sector intermedio.
En cuanto a las especies, más
allá de enfocarse en las de estación, los técnicos del INTA sugieren “dejar
algunas plantas del invierno para que puedan completar todo su ciclo y así
lograr la autoproducción de semillas.
Semillas
de prosperidad:
Contemplando
la importancia de las huertas en las comunidades en las que impulsa su
actividad de extensión, y en el marco del Pro-Huerta, desde la Estación
Experimental Cuenca del Salado, a través de sus Agencias
de Extensión Rural, con el inicio de la primavera pone en marcha se
actividades de capacitación orientadas a la planificación y construcción de
huertas.
“La actividad procura lograr que los participantes
puedan realizar una huerta agroecológica partir de los conocimientos
adquiridos en talleres”, comentan los profesionales del INTA.
A partir de capacitaciones técnicas
con encuentros en el que se abordan aspectos de diseño y planificación de las
huertas los talleres proponen hacer actividades de prácticas que
contemplan distintos tipos de siembra, trasplante de especies y la
multiplicación de aromáticas”.
Los
temas que se abordan en los encuentros “brindan conocimientos sobre el suelo y sus necesidades, el reciclaje de residuos orgánicos y
producción de compost, el diseño y mantenimiento de la huerta, la rotación y
asociación de cultivos”. Además se trabaja sobre el “uso de plantas aromáticas
y medicinales en el manejo de plagas y enfermedades en la huerta como también
el manejo específico de cultivos en cada estación”, indican los profesionales
del INTA a cargo de la capacitación.
La
tarea con enfoque territorial se orienta a “crear y consolidar espacios
que permitan la articulación interinstitucional, el armado de redes locales y
el fortalecimiento del equipo de trabajo”.
Cada temporada el ciclo de capacitaciones se complementa con entrega de semillas del Prohuerta,
un Programa del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación – INTA,
mediante el cual técnicos de INTA promueven la creación y desarrollo de huertas
familiares, escolares, institucionales, comunitarias y/o comerciales, tanto en
el ámbito urbano como rural.
Las semillas son un recurso fundamental para
iniciar las huertas, pero “el éxito de éstas también depende de cuestiones
técnicas y aplicación de saberes, por lo que las instancias de capacitación y
asistencia técnica se tornan una acción indispensable”.
Huerteros con experiencia, aficionados y nuevos
interesados pueden acercarse a las distintas Agencias de Extensión Rural, como
así también a aquellos lugares donde se coordinan talleres de capacitación y
encuentro para el intercambio de experiencias y saberes.
El Programa ProHuerta favorece la participación
y la organización de las comunidades con las que trabaja, contribuyendo a que
los integrantes de las mismas sean actores protagonistas de la gestión de los
procesos de desarrollo local y territorial.
Para
mayor información:
EEA
Cuenca del Salado INTA Rauch.
Av.
Belgrano 416 Tel. (02297) 440525
Referentes:
ing. Agr. Leticia Verónica Laplace
E-mail:
laplace.leticia@inta.gob.ar