Se
viene el cambio
Renovación
de Festuca infectada.
La festuca
es una gramínea otoño-inverno primaveral perenne que ocupa un porcentaje
importante de la superficie ganadera praderizada de la Cuenca del Río Salado.
Como otros recursos forrajeros es utilizada para la alimentación de los animales,
dado que aporta los nutrientes necesarios para cubrir las demandas
nutricionales de los bovinos, tanto en el desarrollo fisiológico como en su engorde.
Si bien la festuca es una especie que
por sus características de adaptabilidad, persistencia, productividad es tenida
en cuenta como base forrajera en los planteos ganaderos de la Cuenca del Salado
bonaerense, puede hospedar dentro de sus tejidos vegetales al Neotyphodium coenophialum, un hongo endófito capaz de
tornarla tóxica para el consumo animal.
Dado que las plantas infectadas contienen alcaloides
tóxicos para los herbívoros y bajo determinadas condiciones climáticas su
consumo puede causar trastornos al ganado vacuno y equino, los técnicos de la
Estación Experimental del INTA Cuenca del Salado han realizado estudios
orientados a la “renovación de pasturas base festuca Infectadas con
Neotyphodium coenophialum”.
Al respecto los técnicos reseñan que “en un relevamiento preliminar
realizado a fines de los noventa “sobre un total de 80 muestras provenientes de
pasturas implantadas en establecimientos del partido de Azul, la mitad de las
muestras presentaron un alto porcentaje de infección, 50 % o más”.
Este microorganismo produce en las plantas infectadas una
mayor producción de semillas y germinación más rápida de
las mismas, aumento en la producción de forraje (mayor número de macollos y
rebrote más rápido) especialmente con niveles altos de Nitrógeno y mayor
tolerancia a la sequía. Al mismo tiempo estos hongos “afectan el desarrollo de
los diferentes estadios de los insectos que se alimentan de las gramíneas
infectadas”, permitiendo una mayor supervivencia de las plantas infectadas con
respecto a las libres.
Sin embargo,
según explican los especialistas del INTA Cuenca del Salado, “los hongos
provocan en los sistemas ganaderos una reducción en el incremento de peso de
los animales”. Se ha notado que “por cada 10% de aumento en el nivel del hongo
endófito en la Festuca, se reduce entre 5-6 grs/día el aumento diario de peso.
Un 60% de infección reduce en 250 grs/día el promedio de aumento diario de
Peso, como consecuencia de una menor ingesta”.
El
hongo presente en Festuca provoca menor
producción láctea post-parto y un menor peso de los terneros al nacer.
En cuanto al
pastoreo los técnicos han observado que “en
los lotes de la gramínea con altos niveles de infección entre un 5 a 21% de las Vacas
pastoreaban el lapso entre las 12 y las 16 horas, mientras que en aquellos
potreros con Festuca de bajo nivel, el pastoreo aumentaba entre el 45 al 65%
durante ese mismo horario”.
El síndrome
de verano, asociado a temperatura ambiental elevada, produce una reducción en
la tasa de concepción. “El pastoreo de Festuca infectada en un campo bonaerense
de General Alvear con altos niveles (77%) provocó un descenso del 34% en el
índice de Preñez en un lote de 98 Vacas con cría, comparado con un lote similar
que pastoreaba otra pastura libre del endófito”.
“La ingesta
de la pastura infectada hace que la hacienda tolere menos el calor, busque
zonas de sombra y agua y presente un incremento de la salivación y del ritmo
respiratorio”. En estos casos “se produce un aumento de la temperatura corporal
debido a la vasoconstricción periférica producida por ciertos alcaloides del
hongo”. Al respecto estudios realizados en la Universidad de Missisippi,
demostraron que la temperatura corporal no vuelve a ser normal hasta 56 días
después que los animales hayan dejado de pastorear.
Manejo y prevención:
Dado
que en estos casos se registra un progresivo incremento en la proporción de plantas
infectadas, debido al mayor crecimiento, producción y supervivencia de esas
plantas, y que no se cuenta con evidencias de presencia del hongo endófito en
aquellas que son incorporadas al suelo por diseminación natural ni la formación
de banco de semillas, “resulta muy importante controlar el restablecimiento
natural de poblaciones infectadas a partir del banco de semillas y prevenir la
incidencia en la resiembra.
Al respecto
los técnicos explican que “la primera
acción preventiva es analizar la semilla para determinar el nivel de infección.
Aún en pasturas sembradas con semillas con el valor máximo tolerable por el
INASE (Resol. 67/95) del 5% se han
registrado niveles muy superiores en las poblaciones establecidas”. Por lo
tanto, “es imprescindible que se asegure la ausencia total del hongo”. Esto
lleva a la necesidad de “conocer la edad, por lo que no se recomienda utilizar
semilla de segunda ó tercera multiplicación”. Sin embargo “existen estudios
donde se demuestra que el hongo endófito puede permanecer en semillas
almacenadas en condiciones controladas de humedad y temperatura”.
A partir de
las observaciones a campo y el estudio del tema, los especialistas del INTA
sugieren el “uso de funguicidas sistémicos en semillas del grupo de los triazoles, al
tiempo que recomiendan “alternar pastoreos con
praderas consociadas con leguminosas para reducir el efecto negativo”.
A corto plazo, la solución es no realizar pastoreos
por más de 10 a 12 días y “tener en cuenta que la fertilización nitrogenada
potencia los efectos tóxicos”, como también hacer “rotación con cultivos
agrícolas tolerantes a glifosato (si fuera posible por la aptitud del
suelo) y/o verdeos de invierno
(especialmente Avena) que permitan disminuir notoriamente el banco de semillas
y la persistencia del hongo endófito en la simiente”.
Para
mayor información:
EEA Cuenca del Salado. AER Azul.
Av. Perón 1015 (7300), Azul Tel/Fax. (2281)
424760
Referente: Mariano de la Vega.
E-mail: delavega.mariano@inta.gob.ar