Uso de verdeos en la
Cuenca del Salado
Los
sistemas ganaderos del centro de la provincia de Buenos Aires se encuentran en
un proceso de conversión, con mayores exigencias en la calidad de las reservas
forrajeras.
Ante
esos requerimientos y en un ambiente con gran variabilidad climática, que pone
en riesgo la producción de los cultivos estivales, desde la Estación
Experimental Cuenca del Salado del INTA se están evaluando alternativas para la
planificación nutricional de los rodeos apelando a los verdeos de invierno,
cuya época de cultivo presenta mayor estabilidad ante el incremento de las
precipitaciones.
Los cultivos como la avena
o el raigrás se caracterizan por producir un
volumen muy alto de forraje de buena calidad en un período corto de tiempo, lo
que los hace imprescindibles para cubrir las deficiencias normalmente
producidas en su estación de crecimiento. Contemplando estas ventajas desde la Estación
Experimental Cuenca del Salado del INTA sus técnicos trabajan en alternativas
de uso de los verdeos en la región.
“Para lograr la máxima eficiencia en el aprovechamiento de los
verdeos invernales en campos de la Cuenca del Salado hay ciertas pautas de
manejo que contribuyen”, indican los profesionales del INTA, destacando que “cada
tipo de cultivo requiere tratamientos particulares”. Al respecto señalan que “si
se está pastoreando avena o raigrás, hay que intentar “dividir mediante alambre
o hilo electrificado el lote lo máximo posible”.
“Si de avena se trata, luego del pastoreo, se debe dejar un
remanente de pasto bastante importante, (no menos de un puño), para que no haya
pérdida de plantas y para que no se demore el rebrote para la próxima comida”.
La avena es una planta muy sensible al sobrepastoreo en relación a la velocidad
de rebrote. Si el cultivo es “talado” durante el otoño – invierno, recién se
verá el rebrote para cuando la primavera esté avanzada.
En el caso de raigrás, “la presión de pastoreo intensa, no
redundará en pérdida de plantas, pero sí implicará en la lentitud del rebrote y
en el tiempo de espera para la segunda comida”, advierten los técnicos del
INTA.
Si hay exceso de humedad y falta de piso, resulta
importante cuidar estos verdeos para que la pezuña del animal no lastime y mate
plantas en esta situación. Una forma de lograrlo es contar con “potreros
sacrificio”, como es el caso de festucales viejos que son grandes formadores de
piso firme, y así esperar que mejoren las condiciones para volver a los
verdeos.
Si se está engordando animales en estos cultivos
forrajeros, se debe considerar que se están cubriendo ampliamente las
necesidades de proteína, pero no así las de energía. Esto se puede subsanar con
la suplementación con bajos niveles de grano de maíz o sorgo, (0,5 % del peso vivo
del animal = 1 Kg. de grano de maíz o sorgo por día para un ternero de 200
Kg.), lo que implicará pasar de ganancias de 500 a 600 grs. por animal y por
día con el verdeo sólo, a 800 grs. a 1 Kg. con el agregado del grano.
“Si creemos que no nos alcanzará el pasto ofrecido por los
verdeos en función con la carga animal que soportan, y estamos pensando en
incrementar la oferta con fertilización nitrogenada, (urea por ejemplo),
debemos esperar hasta fines de julio – principios de agosto para aplicarla, ya
que recién se vuelve eficiente la técnica cuando empiezan a elevarse las
temperaturas medias” comentan los técnicos. Numerosos ensayos de investigación
han comprobado que para obtener las máximas respuestas a la fertilización con
nitrógeno, antes se deben cubrir las necesidades de fósforo en el suelo. La
región de la Cuenca del Salado es muy pobre en cuanto a los tenores de fósforo,
sin embargo aunque se haya sembrado o promocionado las avenas o raigrases sin
la debida fertilización fosfatada que necesitan, la respuesta a la aplicación
de urea en el momento indicado, siempre está, (aunque “no” en todo su
potencial).
Llegada la primavera, avena y raigrás presentan sus más
altas tasas de crecimiento, de modo que de no existir las condiciones para
aumentar la carga animal, es producente cerrar parte del potrero para
destinarlo a reservas forrajeras: rollos o fardos de avena granada en estado de
“grano lechoso” por ejemplo. En el caso de raigrás, si el objetivo es
“perennizar” esta planta anual con la técnica de “promoción”, se debe cerrar
los lotes el primero de noviembre para que la planta encañe y semille, y esta
semilla que se volteará en diciembre, será la responsable de generar el nuevo
cultivo del año próximo, previa aplicación de glifosato o talado del lote a
“diente” (alta presión de pastoreo), sobre fines de enero – principios de
febrero.
Para
mayor información:
EEA
Cuenca del Salado. Oficina de Información Técnica | Dolores AER Maipú.
Martín
Campos 220 Ciudad de Dolores Tel. 2245 44-2646
Referente:
Ing. Agr. Ignacio Rípodas.
E-mail:
ripodas.jorge@inta.gob.ar